Una oda al crepe

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

Para degustar allí, para llevar, para probar el tradicional dulce, o intentarlo con la versión salada… Urban Crepe propone una juvenil lectura de la tradición francesa.

Profundamente francés, la historia del crepe tiene sus tribulaciones. Parece que mucho se le debe al aporte inglés. La leyenda indica que en sus vacaciones de invierno en Montecarlo, en la Costa Azul, el príncipe de Gales salió a comer con su grupo de amigos. Mientras el cocinero preparaba masas para el postre, accidentalmente las flambeó con licor que tenía cerca. Quedaron sabrosas, de modo que decidió servirlas dobladas dos veces formando una especie de triángulo. La preparación resultó un suceso.
Años más tarde, el chef personal del magnate Nelson Rockefeller se adjudicó la historia. Se llamaba Henri Charpentier. Sin embargo, existen numerosas voces que contradicen su versión, esencialmente porque se supone demasiado joven para el momento de aquél relato del accidente. Tendría unos 16 años por entonces. Sin embargo, sí es cierto que es el responsable de haber introducido el plato popularmente en Estados Unidos.
Sea como fuere, la propuesta encuentra en estos tiempos un auge sorprendente. Las versiones se multiplican y los comensales los eligen como alternativa para cualquier comida del día.

Mirada citadina

En Urban Crepe proponen crepes saldos y dulces, aunque también han innovado con la oferta de paninis y ricas bebidas. Subiéndose a la tendencia food truck, ya cuentan con dos puestos en Buenos Aires y dos más en Córdoba y Rosario.
Sus versiones saladas son ligeras, pero con sustancia en el sabor. Originales en la elección de los ingredientes, las opciones varían entre una propuesta de quesos a base de piladelphia, provolone, gruyére, tomates confitados y albahaca. La de jamón crudo, mozzarella, rúcula y tomate fresco. Las fajitas de carne se siven con vegetales y Mozzarella. La opción vegetarioana llega con espinaca , champignones y parmesano . Pollo y pescado también encuentran un sitio en su menú, el primero con hierbas, leche de coco, vegetales y mozzarella; en tanto el segundo con rúcula, philadelphia, alcaparras y ciboulette.
La propuesta dulce es más cercana a lo que ya se ha popularizado, pero en Urban Crepé las reversionan con ideas que van desde el dulce de leche, banana, nuez pecan y barras de chocolate; a Nutella, frutilla y almendras; pasando por manzanas caramelizadas, crumble y pasas; chocotorta, galletitas de chocolate y lentejitas confitadas o mascarpone, frutos rojos, merengue y chocolate en escamas.
Una propuesta simple, pero bien lograda. Con diversidad para comprender a todos los paladares. Apta para degustar insitu o para llevar. Sencillez de un fast food de calidad y profundidad.