El afán emprendedor corre por las venas nacionales con ADN más potente que el de origen. Pero hacer no es la cuestión, se trata de qué y para qué. Almacén de Fiestas le pone mucho de craneo y sentimiento a un emprendimiento que te da ganas de abrazar.
Como amante de las palabras, lo primero que se me ocurre es buscar el origen de las que no sé y de las que sé también. Resulta que fiesta es un término que llega temprano entre los primero términos de las lenguas románicas para definir los momentos de encuentro ccon el fin de divertir o celebrar. Regocijo, alegría y júbilo.
Una linda metáfora para la idea de ir más allá de lo que se regala, donde el objeto tenga atractivo al ser visto, pero se transforme en una joya preciada con la intervención del receptor. Allí hay amor en lo que llega y pasión en quien recibe. Hay una historia que se empieza a contar en Almacén de Fiestas que se pone en juego en su inenio y que se termina en el agasajado…
Souvenir, presente personal, set de día especial, sorpresa inesperada… todo vale para hacer de una semilla toda una fiesta.
Con el antecedente de Bauchis Eventos, encontrar otra reinvención para llegar a las casas con sorpresas diferentes, donde se pueda interactuar con los objetos armados en kit (Star Wars, Sirenita, granja, bosque… y a pedida de lo que la imaginación conjunta cree). Así la idea primigenia viró de souvenirs a objetos.
Quieren acompañarte en tus cumples, en tus meriendas, en tus actividades en casa y en las ganas de hacer algo diferente y entretenido.
En este manantial de ideas, Almacén de fiestas se propuso sellar una marca de orillo en sus productos: remitir a momentos felices, infantiles, a una experiencia en familia o con amigos. Pero, además, logró crear algo más que la sorpresa. Hizo una materia prima que llena de sustancia se despliega en manos del destinatario creando un impacto superador a lo recibido. Un ir más allá que involucra sentido poniendo una razón en cada intención.