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Una sorpresa con sentido

 

El afán emprendedor corre por las venas nacionales con ADN más potente que el de origen. Pero hacer no es la cuestión, se trata de qué y para qué. Pipoca le pone mucho de craneo y sentimiento a un emprendimiento que te da ganas de abrazar.

Como amante de las palabras, lo primero que se me ocurre es buscar el origen de las que no sé y de las que sé también. Resulta que pipoca es el modo en que se le dice a las palomitas de maíz o pochoclo en portugués. Un plato que se hace a partir de un maíz especial que estalla cuando se calienta. Al calentar los granos de ese maíz de manera rápida, su humedad interna se convierte en vapor. En un determinado punto, la presión estalla la cáscara externa, transformando la parte interna en una masa poco consistente de almidones y fibras, mayor que el grano original.
Una linda metáfora para la idea de ir más allá de lo que se regala, donde el objeto tenga atractivo al ser visto, pero se transforme en una joya preciada con la intervención del receptor. Allí hay amor en lo que llega y pasión en quien recibe. Hay una historia que se empieza a contar en Pipoca y que se termina en el agasajado…
Souvenir, presente personal, set de día especial, sorpresa inesperada… todo vale para hacer de una semilla toda una fiesta.

Plantar la idea

Pipoca nació como un proyecto de un papá diseñador y una mamá médica, queriendo armar algo diferente a lo tradicional para el cumple de su hijo. Como todo, la cosa empezó en casa. Dus comienzos se asentaron en la creación de souvenirs para chicos desde un concepto sustentable, pero… malvenida cuarentena! Allí debieron encontrar otra reinvención para llegar a las casas con sorpresas diferentes, donde se pueda interactuar con lo ecológico Así la idea primigenia viró de souvenirs a objetos.
«Queremos acompañarlos en sus cumples, en sus meriendas, en sus actividades en casa y en las ganas de hacer algo diferente y entretenido», cuentan.
Esos objetos y souvenirs son todos sustentables, se trata de presentes creados para chicos y no tanto…
Kits plantables para regalar y sorprender. O bien kit sorbete a elección con cepillito limpiador y bolsa de tela para transportar y guardar.
Pipoca se propuso con la elección de su nombre, sellar una marca de orillo en sus productos: remitir a momentos felices, infantiles, a una experiencia saludable en familia o con amigos. Pero, además, logró crear algo más que la sorpresa. Hizo una materia prima que llena de sustancia se despliega en manos del destinatario creando un impacto superador a lo recibido. Un ir más allá que involucra sentido poniendo una razón en cada intención.