El rugido de los motores se apaga, la bandera a cuadros ondea con un matiz de melancolía. Este sábado, Juan María Traverso, conocido cariñosamente como "El Flaco", se despidió de este mundo a los 73 años en su amada Ramallo. Una leyenda del automovilismo argentino que deja tras de sí un legado de coraje, pasión y un estilo único sobre las pistas.
El corazón del país latió al ritmo de Traverso durante más de tres décadas, en las que desafió los límites del asfalto representando tanto a Ford como a Chevrolet. Seis veces campeón del Turismo Carretera, su nombre se inscribe con letras doradas en la historia del deporte motor argentino.
La noticia de su partida fue confirmada por la Asociación Argentina de Volantes, institución que él mismo presidió con orgullo. Rápidamente, la Asociación de Corredores de Turismo Carretera rindió tributo a su figura, recordándolo como una de las luminarias indiscutibles de la velocidad. "Siempre...siempre recordaremos al 'Flaco' de Ramallo. Que en paz descanse", expresaron con emoción.
Traverso libró su última batalla contra el cáncer de esófago en la serenidad de su hogar, rodeado del amor de sus hijos. Este domingo, su pueblo natal le brindará el último adiós en la Iglesia Cristo Salvador de Villa Ramallo, donde amigos, admiradores y colegas se reunirán para honrar su memoria antes de que sus cenizas encuentren descanso.
La pista llora su ausencia, pero el eco de sus hazañas perdurará en cada curva, en cada adelantamiento audaz. Desde su debut a los 22 años hasta su última carrera en 2005, Traverso desafió el tiempo y las circunstancias, escribiendo capítulos inolvidables en la historia del automovilismo.
Con su Chevy violeta, símbolo de su etapa dorada, conquistó corazones y podios, dejando una marca imborrable en el TC2000 y el Top Race. Más allá de sus triunfos en la pista, Traverso será recordado por su personalidad inquebrantable, su valentía para decir lo que pensaba, dentro y fuera del auto, lo que lo convirtió en un personaje icónico del deporte nacional.
Hoy, el rugir de los motores se torna en un susurro, pero la estrella de Juan María Traverso seguirá brillando en el firmamento del automovilismo argentino, recordándonos que los verdaderos héroes nunca mueren, simplemente aceleran hacia nuevas fronteras.
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