El drama comenzó cuando Agustín Menna, acompañado por su prima de 13 años, participaba en la ardua tarea de arrear vacas en las proximidades del Arroyo Orellano. La tragedia se desencadenó cuando uno de los animales cruzó el cauce, llevando al pequeño a aventurarse montado a caballo en su rescate. La inesperada corriente del arroyo resultó implacable, arrastrando al niño y desencadenando una secuencia de eventos que sumió a la familia y a la comunidad en la angustia.
A pesar de los esfuerzos desesperados de su prima por retenerlo, la fuerza del agua y las difíciles condiciones climáticas frustraron cualquier intento de rescate. El comisario Walter Fernández y su equipo, junto con bomberos, buzos y el apoyo de drones, se desplegaron incansablemente en la búsqueda durante varios días, manteniendo la esperanza de encontrar a Agustín con vida.
El secretario de Seguridad de Tres Arroyos, Juan Apolonio Suárez, relató que la tragedia se desencadenó tras un fuerte temporal que azotó la ciudad. La información sobre la caída del niño al arroyo llegó tarde en la tarde del viernes, desencadenando una operación de rescate que lamentablemente concluyó el domingo con el descubrimiento del cuerpo sin vida.
El relato de la prima, quien enfrentó la impotencia de no poder salvar a su primo, resuena en la comunidad, generando una profunda tristeza y reflexión sobre la vulnerabilidad de la vida, especialmente en momentos de situaciones climáticas adversas. La pérdida de Agustín Menna deja un vacío insustituible en Tres Arroyos, recordándonos la importancia de la prevención y la seguridad en actividades cotidianas, incluso las más familiares y aparentemente inofensivas.
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