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Aunque ocurrió el domingo pasado, la brutal golpiza sufrida por un joven de 16 años a la salida de un boliche tomó relevancia en las últimas horas. Guido Ruiz quedó con secuelas graves y su familia denuncia una agresión planificada. La conmoción recuerda el caso Fernando Báez Sosa.
Una ciudad movilizada y una familia rota. Así está Colón, luego de que se conociera la salvaje agresión que sufrió Guido Ruiz, un adolescente de 17 años que fue golpeado entre al menos cuatro personas durante la madrugada del domingo pasado, en inmediaciones del boliche “Porteño”.
Aunque el hecho ocurrió hace días, la repercusión pública estalló en las últimas horas, al difundirse testimonios desgarradores y la gravedad del estado de salud del joven, que perdió varias piezas dentales, sufrió fracturas en el rostro y daños severos en un ojo, que comprometen su visión.
“Lo agarraron entre cuatro. Tenían todo preparado. En el video se ve todo lo que le hacen, es inhumano. Son asesinos”, expresó Guadalupe Ruiz, hermana del joven, en declaraciones a medios locales. Con indignación, relató que ya se realizaron allanamientos, se tomaron testimonios, pero los agresores siguen libres.
El caso resuena con fuerza porque remite inevitablemente al crimen de Fernando Báez Sosa, asesinado a golpes en Villa Gesell en 2020. Aquí también hubo alevosía, planificación y una patota actuando en grupo, según denuncian familiares y testigos.
La Fiscalía de Colón ya trabaja con videos del hecho y declaraciones de quienes presenciaron la escena. Mientras tanto, la comunidad comenzó a organizar manifestaciones para exigir que la investigación avance y que haya una respuesta urgente por parte de la Justicia.
Guido permanece con seguimiento médico estricto, esperando una tomografía de cráneo para descartar lesiones internas. Su recuperación será larga, no solo en lo físico, sino también en lo emocional. “Es un chico tranquilo, no se merecía esto. Pedimos justicia para que no haya otra tragedia”, dijo su hermana.
En Colón, el miedo, la bronca y la tristeza conviven con una demanda clara: que los responsables enfrenten las consecuencias. La violencia callejera no puede seguir marcando la vida de los jóvenes.
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