En un contundente acto de justicia que refleja la política de mano dura del gobierno chino contra los delitos sexuales que involucran a menores, las autoridades judiciales del país asiático llevaron a cabo la ejecución de tres individuos condenados por múltiples casos de abuso infantil.
El comunicado oficial del Tribunal Popular Supremo detalla los horrendos crímenes cometidos por los condenados, quienes aprovecharon sus posiciones de poder o utilizaron estrategias de manipulación digital para victimizar a numerosos menores.
Uno de los ejecutados, identificado como Zhao, se valió de su posición como instructor en un centro educativo ilegal para abusar sistemáticamente de estudiantes bajo su responsabilidad. La investigación determinó que había violado a ocho menores, incluyendo a tres niños menores de 14 años, a quienes además sometió a confinamiento ilegal junto con sus cómplices.
El segundo condenado, Wang, desarrolló una estrategia predatoria en plataformas digitales para engañar y coaccionar a menores, forzándolos a compartir material audiovisual de carácter sexual. Su historial criminal incluye la violación y acoso de nueve menores —siete de ellos por debajo de los 14 años— entre los que se encontraba una adolescente con discapacidad intelectual. Las autoridades también le atribuyeron abusos sexuales contra otras diez niñas y un niño.
El tercer hombre, apellidado Chen, era un reincidente que utilizaba internet como herramienta de captación. Fue declarado culpable de violaciones múltiples contra tres niñas menores de 14 años y de organizar agresiones sexuales grupales contra una de ellas. Su prontuario incluía además cargos por extorsión, según detalló la agencia estatal Xinhua.
Las ejecuciones representan un mensaje disuasorio para potenciales agresores y reflejan la determinación de las autoridades chinas para erradicar el abuso sexual infantil, particularmente en entornos educativos y digitales donde los menores son especialmente vulnerables.