Policiales | La tragedia conmueve al país
La tragedia conmueve al país. Thiago tenía 7 años y falleció tras ser herido en un tiroteo entre un policía federal y delincuentes. Su padre, destrozado, exige que alguien se haga responsable.
La muerte de Thiago Correa, de apenas 7 años, enluta a La Matanza y despierta un grito colectivo por justicia. El pequeño agonizó durante horas en el Hospital de Niños de San Justo, tras recibir un disparo en la cabeza mientras esperaba el colectivo con su papá.
Todo ocurrió el miércoles por la noche, cuando un policía federal de civil, identificado como Facundo Daniel Aguilar Fajardo, se vio envuelto en un intento de robo por parte de cuatro delincuentes armados. Según la reconstrucción, el agente se identificó y disparó su arma reglamentaria. En ese cruce de fuego, una bala impactó a Thiago, que iba sobre los hombros de su padre.
“Me dijo ‘pá’ y no habló más”, contó Fabián Correa entre lágrimas, en un desgarrador testimonio televisivo. Fue él quien cargó a su hijo, mientras un desconocido los ayudaba a llegar al hospital. Thiago fue trasladado de urgencia, pero los médicos confirmaron poco después que tenía muerte cerebral. Su corazón dejó de latir un día después.
En el tiroteo también murió uno de los ladrones, Brandon Corpus Antelo, de 18 años, y otros dos resultaron heridos de gravedad. El cuarto escapó.
El policía fue detenido por orden del fiscal Diego Rulli, acusado de exceso en la legítima defensa. La investigación judicial intenta determinar si el accionar del agente fue proporcional o si, por el contrario, fue lo que derivó en la irreparable tragedia.
Hoy, la familia de Thiago exige respuestas. Y la sociedad, conmocionada, vuelve a preguntarse: ¿cuánto vale una vida en medio de un tiroteo urbano?
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