Sociedad | Educación
Una evaluación nacional revela profundas desigualdades y un retroceso sostenido en la comprensión lectora de los estudiantes de primaria. El 30% está muy rezagado y las diferencias entre escuelas públicas y privadas son alarmantes.
En el marco del Congreso Nacional de Alfabetización para Supervisores, el Ministerio de Capital Humano presentó los resultados de la evaluación Aprender Alfabetización 2024, realizada en noviembre pasado a más de 91 mil alumnos de 3.er grado en todo el país. Los datos son contundentes: solo el 45% de los estudiantes logra el nivel de lectura esperado al cierre del primer ciclo de primaria.
El estudio, que alcanzó una participación histórica del 97,4% de las escuelas, establece una línea de base para el Plan Nacional de Alfabetización. Sin embargo, revela una cruda realidad: el 30,5% de los estudiantes está significativamente rezagado, muchos apenas iniciándose en la lectura de oraciones o textos simples.
Entre los hallazgos, se destacan graves brechas estructurales. En las escuelas de gestión estatal, solo el 40% de los alumnos alcanza el nivel lector adecuado, frente al 62% en las privadas. Las desigualdades se acentúan según el nivel socioeconómico: el 44% de los alumnos de menores ingresos está rezagado, mientras que esa cifra cae al 12,6% en los sectores más favorecidos.
Pese a contar con mejores condiciones pedagógicas en las aulas estatales, como mayor disponibilidad de bibliotecas y uso frecuente de libros, los resultados siguen siendo preocupantes. El uso del celular es casi universal entre los estudiantes (83%), lo que plantea nuevos desafíos para sostener la atención en la lectura.
La edición 2024 de Aprender incorporó importantes innovaciones metodológicas, incluyendo una escala de seis niveles de desempeño y una mayor caracterización de estudiantes con dificultades lectoras. Gracias a estas mejoras, la evaluación logró visibilizar realidades antes ocultas y sentar las bases para planes de alfabetización más específicos y urgentes.
La alfabetización inicial está en jaque. Y el dato más crudo interpela: menos de la mitad de los chicos sabe leer como debería al terminar tercer grado.