22/07/2007 - Buenos Aires - Representantes de las compañías afectadas tenían previsto esta tarde reunirse con un ministro, que oficiará de interlocutor entre las empresas y los trabajadores pesqueros, que protagonizaron destrozos contra varias empresas en el ayuntamiento de Puerto Deseado, en la provincia de Santa Cruz, indicaron a Efe fuentes empresariales.
El diálogo se abrió luego de que los empleados, en huelga desde hace más de diez días en demanda de un aumento salarial, ocuparan durante algunas horas del viernes la sede municipal y atacaran las empresas, tras ser informados de que el alcalde, Arturo Rodríguez, no les podía recibir por estar en un acto político del presidente Néstor Kirchner en la cercana localidad de Puerto Santa Cruz.
Por su parte, dirigentes del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos de Puerto Deseado, a unos 2.900 kilómetros al sur de Buenos Aires, se comprometieron a mantener la paz social hasta el próximo miércoles, para cuando ya esperan haber arribado a una solución, según señalaron fuentes gremiales.
Mientras, los huelguistas mantienen parcialmente cortado el acceso al parque industrial donde se encuentran las empresas, aunque este sábado representantes de las compañías pudieron realizar un recorrido por la zona junto a efectivos policiales, según señalaron los portavoces.
Además de altos funcionarios del gobierno nacional, en las negociaciones también interviene como mediador el gobernador de Santa Cruz, Daniel Peralta, quien pidió restituir "la paz social y recomponer el aparato productivo de Puerto Deseado".
Con el objetivo de asegurar la calma y evitar nuevos desmanes, tanto el gobierno nacional como el provincial enviaron unos 300 efectivos policiales y gendarmes a las inmediaciones del ayuntamiento de la provincia patagónica de Santa Cruz, tierra natal del presidente Kirchner.
En tanto, unas 400 personas participaron este sábado de una marcha en apoyo a los huelguistas, que el viernes provocaron incendios y destrozos en plantas y vehículos de ocho empresas pesqueras, según las fuentes empresariales.
Portavoces gremiales admiten que hubo destrozos, pero aseguran que sólo se incendió un depósito y que "todo está asegurado".
El dirigente sindical de los pesqueros Daniel Medina indicó que el sindicato cree que no fueron "exclusivamente los obreros" quienes protagonizaron los destrozos, sino que también hubo infiltrados.
Además, Medina aseguró que "las líneas de producción están en buenas condiciones para seguir trabajando", pese a que desde las empresas aseguran que las pérdidas son millonarias y que las plantas también están afectadas.
Portavoces empresariales afirmaron incluso que requerirán de 72 a 96 horas para definir con exactitud cuáles fueron las pérdidas y los costos que demandará la reparación de los destrozos.
Las pesqueras atacadas son las españolas Arbumasa, Argenova (del grupo Pescanova), Empesur, Pescargen, Santa Cruz y Vieira; las argentinas Santa Elena y CARSA, y Pezpasa, de capital japonés y suizo.
La compañía más perjudicada sería Arbumasa, ya que su cámara de almacenamiento de congelados fue totalmente destruida, añadieron los portavoces.
"Sin ninguna duda que la violencia desatada es inadmisible", lamentó el sábado el jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, en torno a los incidentes.
La ciudad es uno de los principales puertos pesqueros del país, que aporta el 30 por ciento de las exportaciones de un sector con fuerte presencia de capital español, y con una facturación anual que supera los 300 millones de dólares.
Por su parte, la embajada de España en Argentina hizo pública el viernes una nota de prensa en la que solicitó a las autoridades de la provincia de Santa Cruz y del gobierno argentino que adopten las medidas necesarias para poner fin a la violencia. EFE