30/01/2008 - Fichado hace dos semanas por el River Plate por petición del nuevo entrenador, Diego Simeone, marcó el martes en Mar del Plata el gol de la victoria sobre San Lorenzo (1-0) con el que su equipo obtuvo la Copa de Verano argentina.
Este torneo, metido con calzador en el calendario debido a que se pone en marcha una semana después de que sus equipos participantes comienzan la pretemporada, sirve supuestamente para probar jugadores, tácticas y estrategias pese a que sus actores tengan los músculos endurecidos.
También para presentar en sociedad a los nuevos fichajes, como en el caso de Abreu, al que la afición local conoce porque hace algunos años fue campeón precisamente con el San Lorenzo.
La prensa argentina destaca hoy que Simeone no para de gritar y de dar indicaciones desde el banquillo ante cada jugada de su equipo. "Pretende que los jugadores hagan todo lo que él les ordena", apunta un diario, en coincidencia con comentarios similares de otros medios.
El partido estaba igualado en cero a los 51 minutos, cuando el centrocampista azulgrana Pablo Alvarado cometió una falta al chileno Alexis Sánchez y el árbitro pitó penalti. "Pateo yo", dijo Abreu cuando el lateral Paulo Ferrari iba a tomar el balón pues había sido designado por el entrenador para que se hiciera cargo del asunto.
Abreu abrió el marcador, no celebró el gol e hizo un gesto a la hinchada de San Lorenzo con el que pareció pedir disculpas.
River tuvo la posibilidad de aumentar la ventaja a los 64 minutos con otro penalti. Remató Ferrari, el elegido por Simeone, y el balón fue parado por el meta "santo" Agustín Orión.
Al finalizar el partido Abreu dijo que, acostumbrado a cobrar los penaltis en casi todos los equipos en los que jugó anteriormente y al no saber a quién había designado esta vez Simeone, decidió rematar él.
Un periodista apuntó: "pero después lo dejaste a Ferrari en el segundo penalti". El uruguayo nacido en Minas hace 31 años respondió con rapidez: "sí, en retribución a su generosidad".
Abreu ganó el partido y cosechó aplausos de las dos hinchadas. San Lorenzo no olvida su paso exitoso por el equipo en los ciclos 1996-97 y 2000-01 y River se ilusiona no sólo con su efectividad, sino también con su personalidad. EFE