02/06/2008 - En poco más de veinte días, River salió del infierno y sus hinchas dejaron de insultar para alentar al equipo, su entrenador Diego Simeone ha vuelto a hablar exclusivamente de fútbol y no de crisis, y sus futbolistas coinciden en que todo depende de ellos para cerrar una etapa negra del club.
El equipo venció el domingo a Colón por 1-2, quedó solitario en el liderato de la clasificación por el empate a uno de Estudiantes, que compartía esa posición, ante Huracán, y le quedan por delante dos partidos hasta el final del torneo.
Simeone, que se hizo cargo del equipo en enero, sabe que sin un título su continuidad se complicaría y tiene en cuenta que su antecesor, Daniel Passarella, hijo pródigo del club, tuvo que dimitir un año y dos meses antes de cumplir su contrato e irse con las alforjas vacías tras dos años de trabajo.
Cuatro temporadas de sequía en la Liga y diez en las competiciones internacionales, justamente cuando Boca Juniors atraviesa el mejor tramo de su historia en cuanto a la consecución de títulos, no otorgan créditos ni a mediano ni a largo plazo a nadie.
La última vez que River alcanzó un campeonato fue en el Clausura de 2004 con Leonardo Astrada en su primera experiencia como entrenador, a los 35 años, con el chileno Marcelo Salas en plenitud, con Marcelo Gallardo como capitán.
Destacaban Lucho González, ahora en el Oporto portugués, y Javier Mascherano, del Liverpool inglés; también el punta Fernando Cavenaghi, jugador del Burdeos francés en la actualidad, los tres convocados para la selección que jugará próximamente ante Ecuador y Brasil en las eliminatorias del Mundial.
Aquel fue el tercer Clausura consecutivo que ganaba el equipo. Y desde allí hasta ahora, nada.
Simeone, que estuvo durante el momento de mayor crispación de los hinchas varios días sin hablar con la prensa, dice ahora que su equipo "no depende de nadie" para alcanzar su objetivo. "Estamos en la situación que buscábamos: no depender de nadie. Pero no hay que gastar a cuenta, primero hay que jugar contra Olimpo", advirtió.
Y Olimpo, el rival del próximo domingo, está que se sale. El peor adversario que podía tocarle a los riverplatenses a estas alturas, porque es el de mejor rendimiento en el torneo en el último mes y medio, ya que de 18 puntos posibles obtuvo 15 en su lucha por evitar el descenso directo.
Su última hazaña fue apear el domingo pasado al San Lorenzo de la disputa del título. Lo liquidó con un triunfo por 3-2. Y después de enfrentarse a Olimpo, River visitará en la jornada final a Banfield, que hace planes para sus vacaciones.
Estudiantes quedó a dos puntos del primer puesto y espera un traspiés del líder, aunque su rival del domingo, Colón, promete lucha para sumar lo que necesita en su objetivo de escapar de la Promoción para mantenerse en la categoría.
En la última jornada, la formación estudiantil visitará a Olimpo, dispuesto a convertirse en el árbitro de la definición del torneo.
Boca Juniors tiene posibilidades matemáticas de disputar el título, aunque está a cuatro puntos de distancia de River. No obstante, después de tres partidos disputados por sus jugadores suplentes, recuperará el domingo a los titulares ante el alicaído Lanús y una semana después frente a Tigre.
Hay Liga y River Plate está más cerca que nunca de conquistarla en los últimos cuatro años. EFE