28/02/2008 - David Schwartz, presidente de la Asociación de Banqueros Internacionales de Florida (FIBA, por su sigla en inglés), dijo hoy a Efe que "ha visto a clientes particulares salir de acá (EE.UU.) y en términos de bancos corresponsales la situación es igual".
"Se están yendo a Panamá, Dubai y Europa. Es un problema que FIBA está enfrentando en este momento, por lo que hablaremos con los reguladores y lo haremos con (otros funcionarios de) Washington", admitió el banquero.
La pérdida de competitividad del sector financiero estadounidense es un aspecto que ha reconocido el Departamento del Tesoro, luego de que un senador y la alcaldía de Nueva York se quejaron de que ha mermado la posición de esa ciudad como un eje de la economía de los mercados internacionales, de acuerdo con el directivo.
Aprovechando el reconocimiento oficial de lo qué está sucediendo con el sector bancario, Schwartz informó que a finales de abril próximo la FIBA tocará las puertas del Departamento del Tesoro y otras agencias reguladoras para sostener un diálogo "directo y franco".
"Vamos a ver si podemos resolver el problema. Es un problema serio", dijo en una entrevista con Efe.
El banquero reveló que la situación no es sólo con los clientes particulares. El número de entidades financieras que actúan como banca de corresponsalía en Estados Unidos es menor que hace cinco años atrás.
La banca de América Latina tiene quejas al respecto porque afrontan problemas para abrir cuentas de corresponsalía en Estados Unidos.
"Ellos nos confrontan y preguntan que por qué no queremos hacer negocios con ellos. No es nuestra decisión, proviene de los reguladores, del Congreso estadounidense, no somos los autores de la política, sólo la implementamos", dijo Schwartz.
La Federación Latinoamericana de Bancos (FELABAN), que representa a más de 600 instituciones bancarias y financieras de América Latina y el Caribe, ha advertido en varias ocasiones de que las regulaciones perjudican también a los bancos pequeños y medianos, además del flujo de negocios legítimos entre EE.UU. y la región.
Estados Unidos puso en vigor la Ley Patriota a raíz de los atentados de septiembre de 2001 que establece regulaciones rigurosas para el negocio financiero que afecta directa e indirectamente a todos los países y a sus sistemas financieros.
Los controles han representado a la banca internacional un alto coste para implementarlos y su riguroso cumplimiento ha espantado a los clientes que consideran complicado el procedimiento utilizado para permitirles manejar sus capitales.
"Los clientes particulares dicen: no me gustan todas esas preguntas, me voy a un lugar donde no me formulan tantas preguntas. Entonces, es cierto que hemos visto clientes saliendo de acá", aseguró el presidente de FIBA.
Representantes del Departamento del Tesoro de EE.UU. y del Congreso han dicho que la ley es esencial para prevenir el lavado de dinero y la financiación al terrorismo.
En cuanto a la banca corresponsal, el Gobierno sostiene que las regulaciones crean lineamientos para que pueda evaluar sus riesgos y no para impedir los negocios con Estados Unidos. EFE