29/04/2008 - El acto fue encabezado por la presidenta argentina, Cristina Fernández, quien consideró que el nuevo ferrocarril constituirá un "salto a la modernidad" y rechazó las críticas que ha recibido el proyecto.
"Es una obra que realmente va a cambiar el perfil de la región, ya que comunicará prácticamente al 70 por ciento de la población del país y circulará por el corredor agroindustrial más importante de Argentina", indicó.
El costo del "tren bala" es motivo de polémica, ya que originalmente el Gobierno había calculado que demandaría 1.500 millones de dólares y a comienzos de este mes anunció que emitirá bonos de deuda hasta por 2.070 millones para financiar las obras.
Para la oposición, que hoy tiene previsto presentar una denuncia penal por presuntos delitos contra la administración pública en el proceso de licitación del ferrocarril, en realidad el "tren bala" le costará al país entre 3.200 y 3.500 millones de dólares.
Fernández detalló que para el proyecto "se obtuvo el 100 por ciento de financiación con un plazo de gracia de siete años y un plazo de pago de treinta años" y negó que por el gasto generado por el ferrocarril "dejen de hacerse escuelas u hospitales".
La presidenta dijo que además de "mejorar el sistema ferroviario" argentino, prácticamente desmantelado por las privatizaciones de la década pasada, el país se convertirá en "punta de lanza en esta materia en América Latina".
Las obras fueron adjudicadas a mediados de enero pasado al consorcio Veloxia, que lidera Alstom y que además integran la española Isolux y las argentinas Iecsa (Grupo Socma) y Emepa.
La propuesta de financiación había sido firmada con el banco francés Societé Generale, que a causa de sus problemas financieros fue reemplazado luego por el Natixis, también galo.
El consorcio está a cargo de la construcción de las vías (710 kilómetros), la electrificación, las obras de señalamiento y de comunicaciones y la provisión de material rodante para el tren de alta velocidad, que unirá a Buenos Aires con las ciudades de Rosario y Córdoba, en el centro del país.
El Gobierno argentino calcula que el proyecto generará unos 5.000 puestos de trabajo directos y 20.000 inducidos durante la construcción de la obra, pero sectores de la oposición sostienen que el millonario gasto previsto debería destinarse ante todo a mejorar la red ferroviaria nacional.
Argentina tiene en cartera otros dos concursos para disponer del tren de alta velocidad entre la capital y Mar del Plata (400 kilómetros al sur de Buenos Aires), por una parte, y entre Buenos Aires y Mendoza (1.000 kilómetros al oeste de la capital argentina). EFE