Adiós a Pepe Mujica: Símbolo de lucha, austeridad y dignidad en la política latinoamericana

Este martes, José “Pepe” Mujica, referente ineludible de la izquierda latinoamericana y expresidente de Uruguay (2010–2015), falleció a los 89 años, tras enfrentar en los últimos meses un cáncer con metástasis hepática. La confirmación llegó de la mano del actual presidente uruguayo, Yamandú Orsi, quien lo despidió con un emotivo mensaje: “Te vamos a extrañar mucho, Viejo querido”.

La muerte del exmandatario conmovió a líderes de toda la región. Desde Cristina Fernández de Kirchner hasta Mauricio Macri, pasando por Axel Kicillof, Alberto Fernández, Sergio Massa y Verónica Magario, todos destacaron su honestidad, su lucha contra la dictadura, su coherencia política y su profundo compromiso con los más humildes.

Mujica no fue un presidente más: fue un símbolo de la política austera, un hombre que eligió vivir en una chacra, donar buena parte de su sueldo y predicar con el ejemplo. Su vida como exguerrillero, preso político, legislador y presidente lo convirtió en un personaje global, admirado incluso más allá de las fronteras ideológicas.

Sin embargo, el anuncio de su fallecimiento también dio lugar a una lamentable controversia en redes sociales. El influencer libertario Daniel Parisini, conocido como El Gordo Dan, publicó un ofensivo “UNO MENOS” acompañado por la imagen de Mujica. La reacción fue inmediata: críticas masivas incluso desde sectores afines al Gobierno argentino, que consideraron sus palabras como crueles e innecesarias. Aún así, ningún vocero oficial repudió la publicación.

Más allá de la polémica, lo cierto es que la muerte de Mujica marca el fin de una era. Su paso por la historia política de América Latina deja una huella imborrable de valores, ética y humildad.