PolÃtica | Seguridad
Bullrich implementa nuevo protocolo «antibloqueos» para frenar protestas sindicales ¿Cómo es?
La ministra de Seguridad reglamenta la intervención de fuerzas federales ante impedimentos gremiales en empresas, respaldándose en la reforma laboral.
11-09-2024
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha reglamentado un nuevo protocolo "antibloqueo" mediante la resolución 901/2024, publicada en el Boletín Oficial. Esta medida busca endurecer la respuesta estatal ante protestas sindicales que impidan el acceso a empresas.
El protocolo, que complementa la reforma laboral que penaliza los bloqueos como "injuria laboral grave", establece los siguientes puntos clave:
- Definición amplia de "bloqueo": Se considera cualquier maniobra, dispositivo o obstáculo que impida o dificulte el ingreso o egreso de personas, vehículos o mercaderías en establecimientos productivos o de servicios.
- Canales de denuncia accesibles: Se habilitan múltiples vías para reportar bloqueos, incluyendo una línea telefónica (134), WhatsApp ((11) 38524561) y correo electrónico (bloqueos@minseg.gob.ar).
- Intervención rápida de fuerzas federales: El Ministerio de Seguridad evaluará las denuncias y, de ser necesario, desplegará inmediatamente fuerzas policiales y de seguridad para cesar el bloqueo.
- Coordinación interinstitucional: Se informará a la Secretaría de Trabajo y a las entidades afectadas para que procedan según la ley laboral modificada, facilitando posibles despidos con causa.
- Recopilación de evidencias: Las fuerzas de seguridad identificarán a responsables y participantes, remitiendo la información a las autoridades judiciales para posibles acciones legales.
Este protocolo se alinea con el anuncio previo de Bullrich sobre la creación de un Comando Unificado Anti Bloqueos y piquetes para zonas estratégicas como Vaca Muerta y el puerto de Rosario. La medida busca equilibrar el derecho a huelga con el derecho al trabajo y la propiedad, argumentando un "interés federal" en asegurar la libertad de comercio e industria contra lo que el gobierno considera "turbaciones ilegítimas".
La implementación de este protocolo marca un cambio significativo en la política de seguridad frente a protestas laborales, generando debates sobre el alcance del derecho a la protesta y las facultades del Estado para intervenir en conflictos sindicales.