Sociedad | Garrahan
Cata muestra una evolución alentadora: Le retiraron el respirador y continúa su recuperación
La niña pergaminense de 10 años, gravemente herida en la explosión escolar de Rancagua, continúa internada en terapia intensiva pero ya no necesita asistencia respiratoria mecánica. Su evolución genera esperanza en toda la comunidad.
Hace 2 horas.
El Hospital Garrahan informó este martes que Catalina Maglio, la niña pergaminense de 10 años herida en la explosión ocurrida durante una feria de ciencias en el Instituto Comercial Rancagua, muestra una evolución favorable y ya no requiere respirador artificial.
De acuerdo con el parte médico oficial, la paciente “evoluciona en forma favorable, sin soporte respiratorio”, aunque continúa internada en la unidad de cuidados intensivos, con seguimiento clínico permanente y comunicación constante entre el equipo médico y su familia.
Catalina había sido trasladada en helicóptero sanitario el pasado viernes, luego de sufrir un politraumatismo craneal causado por el impacto de un objeto metálico durante la detonación de una maqueta volcánica. El incidente también dejó herida a una docente de 45 años.
Mientras la niña continúa bajo control médico, las autoridades judiciales y de seguridad avanzan con las pericias técnicas para esclarecer las causas del accidente. En la investigación intervienen especialistas en explosivos, bomberos y peritos de la Policía Científica bonaerense.
La familia de Cata difundió un mensaje de agradecimiento a toda la comunidad por las muestras de apoyo y solidaridad, tanto en campañas de oración como en colaboraciones económicas que ayudan a afrontar los costos de su estadía en Buenos Aires.
“Cada granito de arena será de gran ayuda para acompañar a Cata en su recuperación”, expresaron sus padres, quienes habilitaron una cuenta para recibir aportes voluntarios.
Titular: Javier Maglio
Alias: catalina.maglio
CVU: 0000003100054102637497
Los médicos estiman que la niña deberá permanecer internada alrededor de 45 días, con un pronóstico cautelosamente optimista. Mientras tanto, Pergamino sigue acompañando a su pequeña vecina con un solo deseo: ver a Cata volver a casa.