Sociedad | Salud
Detectan en Argentina la variante «Frankenstein» del COVID: ¿Hay motivos para preocuparse?
La subvariante XFG, una recombinación de dos linajes de Ómicron, fue identificada en el paÃs por el Malbrán. No es más transmisible ni provoca cuadros graves, aunque puede presentar sÃntomas particulares como afonÃa.
Hace 7 horas.
La variante XFG del COVID-19, conocida como “Frankenstein” o “Stratus”, fue detectada en Argentina, según el último Boletín Epidemiológico Nacional. El nombre popular proviene de su origen: una recombinación genética entre las subvariantes LF.7 y LP.8.1.2 de Ómicron, una especie de "mezcla de laboratorio" que recuerda al mítico monstruo de Mary Shelley.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó a esta subvariante dentro de las Variantes Bajo Monitoreo (VUM), tras su expansión por Asia, Europa y América Latina, aunque no se ha registrado un aumento en la gravedad de los casos ni una mayor transmisibilidad. En Argentina, se confirmaron tres casos entre 164 muestras analizadas por el Instituto Malbrán en colaboración con la Red Nacional de Virus Respiratorios.
Entre los síntomas distintivos de XFG se encuentra la afonía o disfonía repentina, además de signos clásicos como fiebre, tos seca, dolor de garganta, fatiga y malestar general. La inflamación de laringe aparece con mayor frecuencia que en otras variantes, según advirtieron especialistas.
El infectólogo Ricardo Teijeiro explicó que, aunque la circulación de la variante era esperada, “no representa un riesgo mayor salvo en personas vulnerables, como mayores o inmunocomprometidos”. A su vez, el doctor Hugo Pizzi destacó que las personas vacunadas tienen protección adecuada, pero insistió en la necesidad de actualizar los refuerzos cada año, especialmente con las nuevas vacunas basadas en la variante JN.1.
En Argentina, actualmente circulan exclusivamente variantes de Ómicron, siendo LP.8.1 y XEC las predominantes, aunque también se detectaron casos de JN.1, KP.3 y KP.3.1.1.
La vigilancia genómica continúa siendo una herramienta fundamental para anticipar cambios en el comportamiento del virus. Y si bien el nombre "Frankenstein" genera cierta alarma, la evidencia científica indica que su impacto en salud pública es bajo, siempre que se mantengan las medidas de prevención y vacunación al día.