PolÃtica | Paro de la CGT
En Pergamino y gran parte del paÃs, la vieja receta sindical ya no surte efecto
Aunque la CGT activó su tercer paro nacional contra el Gobierno, en ciudades como Pergamino la jornada comienza con normalidad. La sociedad da señales claras: los argentinos ya no responden como antes a los métodos de presión sindical.
10-04-2025
La mañana de este jueves deja entrever un mensaje cada vez más evidente: los paros generales ya no conmueven a gran parte de la sociedad argentina. Convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) con el apoyo de las CTA, el paro nacional de hoy se vive con escasa adhesión en múltiples puntos del país, incluida Pergamino, donde la actividad comercial se desarrolla sin interrupciones.
Mientras algunos sectores, como escuelas públicas y bancos, mantienen sus puertas cerradas por alineamiento gremial, la mayoría de los comercios, oficinas y trabajadores independientes no se sumaron a la huelga. Las calles tienen tránsito habitual, y en contraste con los paros de otras épocas, el clima general es de continuidad laboral, no de protesta.
A nivel nacional, los efectos se sienten principalmente en el transporte ferroviario, subterráneo y aerocomercial, con cientos de vuelos cancelados y servicios suspendidos. Sin embargo, los colectivos urbanos funcionan con normalidad en muchas zonas del país, lo que reduce fuertemente el alcance real de la medida.
En redes sociales, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich expresó el sentir del oficialismo: “Las marchas multitudinarias y paros quedaron atrás. Hoy, los argentinos eligen el esfuerzo y acompañan a un Gobierno que hace lo necesario para sacar el país adelante”. Acompañó su mensaje con imágenes de fuerzas federales garantizando el orden y cerró con una frase provocadora: “Las calles ya no son de los que aprietan, son de los que laburan”.
En Pergamino, la imagen de la jornada hasta ahora refuerza esa visión. Si bien el miércoles hubo una movilización convocada en la Plaza Merced, esta mañana el pulso de la ciudad no se alteró. La lectura social parece clara: los métodos de protesta sindical tradicionales están perdiendo fuerza como canal de representación popular.
Frente a una nueva realidad económica, política y cultural, los argentinos empiezan a redefinir qué significa participar y reclamar. Y mientras los gremios insisten con viejas fórmulas, la calle muestra otra cosa: una sociedad que prioriza el trabajo y demanda nuevas formas de construcción política.