EconomÃa y Empresas | Sin intermediarios
La venta directa del productor al consumidor: Una modalidad que debió implementarse hace tiempo
Alimentos frescos sin intermediarios, con precios accesibles y mayor transparencia, llegan a las familias, mientras los intermediarios pierden protagonismo tras años de ganancias desproporcionadas.
15-07-2025
El mercado de frutas y verduras vive una transformación silenciosa pero contundente: la modalidad de venta directa del productor al consumidor empieza a ganar terreno, dejando atrás la tradicional cadena con múltiples intermediarios que elevan los precios sin aportar valor real.
Durante años, los intermediarios se han llevado ganancias desproporcionadas —a veces multiplicando por hasta seis el precio original que recibe el productor— mientras que el consumidor final pagaba precios inflados y los agricultores percibían apenas una fracción del valor. Por ejemplo, un producto que el campo entrega a $1 puede llegar a costar $5 o más en góndola, aunque parte de esa diferencia se explique por costos logísticos.
En junio, la brecha entre precios mayoristas y supermercados en el Mercado Central de Buenos Aires (MCBA) se ubicó en un 137%, un claro síntoma de esta ineficiencia. En este contexto, proliferan las redes de comercialización directa, ferias itinerantes y despachos mayoristas que llevan la fruta y verdura fresca directamente a los barrios, mejorando los precios y la calidad para las familias.
Esta modalidad, consolidada en regiones como el Alto Valle de Río Negro, Neuquén y Bariloche, no solo reduce costos sino que promueve un consumo más justo y sostenible, con productos seleccionados directamente en el origen.
Además, el sector atraviesa una etapa de abundancia que presiona los precios a la baja, con una caída promedio del 1,2% en las principales hortalizas y fuertes bajas en frutas como naranja, limón y banana. Sin embargo, se desperdician toneladas diarias de alimentos frescos, una muestra más de la desproporción y falta de eficiencia en la cadena tradicional.
La experiencia demuestra que saltear intermediarios no solo beneficia a los consumidores con precios justos, sino que también fortalece a los productores y contribuye a un sistema alimentario más transparente. Una modalidad que debió implementarse mucho antes y que hoy se presenta como un camino imprescindible para acompañar la economía familiar y optimizar la cadena productiva.