Acerca de la visión de vida de Cristina Sanchez

Marcela Sanchez cuenta su experiencia en el taller de autoconocimiento

Experiencia comunitaria a través del taller de autoconocimiento en Morón. Pcia. De Buenos Aires, a cargo de Cristina Sanchez. Testimonio de Marcela Sanchez.

“La experiencia de trabajo comunitario en el merendero Provida me dio mucho más de lo que yo esperaba y de lo que yo di. Esos chicos, en su mayoría, endurecidos por las circunstancias que les tocaron vivir, me dieron mucho cariño, a veces con ternura espontanea, inocente, a veces escondida dentro de una corteza agresiva. Pude palpar las grandes necesidades que hay cerca de mí, cuanto hay para hacer y cuanto yo puedo hacer. Pude recapacitar que yo pertenezco a los afortunados de este mundo y que como tal, tengo la obligación de hacer algo por los que no lo son.

También confirmé, gracias al taller de autoconocimiento,  que el trabajo en equipo hace más fácil y placentera cualquier tarea. Cuando se tienen los objetivos claros, cuando se planifica, cuando se deja de lado el ego y se abre el corazón todo sale “de diez”. Hubo momentos que parecía que entre los compañeros nos comunicábamos por telepatía, tomando la posta o realizando la tarea necesaria, como un gran coro de voces distintas y que cuando se unen forman un acorde maravilloso. Y los chicos, ellos fueron nuestros maestros, pues muchos tuvieron que endurecerse o crecer de golpe para sobrevivir.

Gracias a mis compañeros y a la Fundación Corriente Cálida Humanística de Morón por permitirme vivir esta experiencia.

Tengo todo y más de lo necesario para ser feliz.

Las trabas me las pongo yo y nadie más.

Abrir el corazón cuesta, pero vale la pena. Es lo único que nos mantiene vivos y nos permite crecer.

Me puede caer muchas veces, pero me puedo volver a levantar otras tantas y volver a empezar.

Que el que siempre tiene la razón, se queda con su razón solo.

Que soy querible a pesar de mis miserias.

Que tengo que ser misericordiosa.

Que con una palabra o un gesto se puede hacer la diferencia en la vida de otro.

Que tengo amigos que son los hermanos de la vida, con los que puedo contar para lo que sea y que pueden contar conmigo de la misma manera.

Que el trabajo en equipo hace más fácil y placentera cualquier tarea.

Que yo pertenezco a los afortunados de este mundo y que como tal, tengo la obligación de hacer algo por los que no lo son.

Que la manera de cambiar el mundo es empezar por cambiar uno mismo para mejor y luego unirnos con los que pensamos y queremos lo mismo para formar una mesa crítica que sea capaz de hacer una diferencia.”