Cristina Sanchez, su vision de vida.

Testimonio de Nicolas Molle, junto a Cristina Sanchez (primera parte)

Experiencia Comunitaria de colaboradores de Fundacion Corriente Calida Humanistica. Testimonio de Nicolas Molle.

“Fue una experiencia totalmente nueva para mí, que al principio me generó rechazo y al final no quería que se termine. Llegar a un lugar desconocido con chicos que no conocía y estar ahí para dar amor era algo que no me entraba en la cabeza. A medida que fueron pasando los días me di cuenta que es impresionante el amor que necesitan los chicos. Chicos con historias duras a pesar de su corta edad.
Poco a poco me fui abriendo, los fui conociendo y los fui queriendo. Domingo tras domingo recibía de ellos una sonrisa o una caricia que hacían la diferencia en mí.
Cada vez que me decían “Profe Nico” hacían que yo vea que algo les estaba enseñando, dejamos una marca en los chicos.
También fue importante recibir dibujitos de los nenes y que en ellos pongan frases como

“Te quiero Nico”. Estoy feliz de haberlos recibido.
Estoy feliz de haber hecho este comunitario junto con todos mis compañeros.

Agradezco a Cristina Sánchez por dar la oportunidad a la gente a darle amor a quienes más lo necesitan.

A partir de ahora mi Visión de Vida es vivir una vida tranquila, en paz junto a los que yo quiero y a los que me quieren. Formar una familia feliz, tener hijos a los cuales como ser buenas personas y como pueden ayudar a los demás.”

Hector Benavidez, a la par de Cristina Sanchez

Testimonio de Experiencia Comunitaria de Héctor Benavidez, colaborador de la Fundación Corriente Cálida Humanística en el comedor Sagrado Corazón de Jesús de Morón:

“Mi experiencia en el Sagrado Corazón de Jesús, me ayudó mucho para tener más confianza en mí, para entender que podía hacer un cambio en la gente desde el corazón, y transmitir mi amor. Lo que más me sorprendió que esta revelación, no fue un proceso sino que se produjo en un instante, cuando fui a tocar el saxo por primera vez. Me ubiqué y me sorprendí de cómo me miraba la gente, del entusiasmo que tenía y tal vez también asombro.

Comencé a tocar y todos empezaron a aplaudir, luego se levantaron a bailar, a cantar y yo gozaba de cómo lo estaban disfrutando. Se acercaron a felicitarme y me agradecían la alegría que había generado en el lugar. Me dijeron que por un rato, se habían olvidado de los problemas que tenían en la vida. Ahí sentí una sensación increíble, había generado un cambio en otra persona con algo que a mí no me costaba nada.

Disfruté mucho de este tiempo en el Comedor, fue hermoso y esta experiencia se la debo a Cristina Sánchez que me llenó el alma y va a ser algo para toda mi visión de vida.”