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Actualmente es habitual tener consultas de tarot, en especial del tarot del amor. Este auge de la adivinación nos hace pensar en los origenes de este tipo de practicas, y dirigiendonos hacia atrás comprobaremos que el origen es poetico. De hecho las cartas del tarot utilizan un lenguaje metafórico, poetico, que puede ser utilizado para que indagemos sobre los sentimientos de las personas. Pero eso sí, siempre en una clave poetica. Y es que muchos servicios de tarot videncia que existen actualmente se basan en un enfoque prosaico, en un hablar más propio del mercado que de la lengua del poeta. Sirvanos un ejemplo del poeta Miguel Hernandez: El amor ascendía entre nosotros como la luna entre las dos palmeras que nunca se abrazaron. El íntimo rumor de los dos cuerpos hacia el arrullo un oleaje trajo, pero la ronca voz fue atenazada, fueron pétreos los labios. El ansia de ceñir movió la carne, esclareció los huesos inflamados, pero los brazos al querer tenderse murieron en los brazos. Pasó el amor, la luna, entre nosotros y devoró los cuerpos solitarios. Y somos dos fantasmas que se buscan y se encuentran lejanos. Besarse, mujer, al sol, es besarnos en toda la vida. Ascienden los labios eléctricamente vibrantes de rayos, con todo el furor de un sol entre cuatro. Besarse a la luna, mujer, es besarnos en toda la muerte. Descienden los labios con toda la luna pidiendo su ocaso, del labio de arriba, del labio de abajo, gastada y helada y en cuatro pedazos.
10:48 AM - 31/8/2011 -
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