Tras los crecidos cerros que envuelven la vieja casona de estilo rococó
sitiada por árboles pellizco más pequeños que un booklet de la Pathè Incorporated
recuerdo los chillidos noctámbulos del duende
y el sudor en pie izquierdo de la muchacha...
Mi rostro tenía algo de medular
y una mueca que se desasía del observar de la angustia
retorcido en el lecho entronando nerviosamente el ojo
pero poco me punzaban las visceras como para llorar ruidosamente
como niño
Mis peldaños bruñidos como el velocípedo al que rindo culto
trincando café express por las mañanas
hojeando revistas descartables
junto al cuadernillo que conoce mis quicios
de pronto miro el suelo y pienso:
'¿cuántos insectos habré aplastado con mis botines en lo que va del mes?'
02:00 AM - 2008-Apr-3 -
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