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Enigmas develados

La verdad sobre la enclitofilia17/9/2011

Perfil.com

POLICÍA

Los secretos de la enclitofilia: las mujeres que se enamoran de asesinos

17/9/11 

Los especialistas la estudian como una patalogía. El caso Tablado como paradigma y el club de fans de un asesino serial en EE.UU.

http://www.perfil.com/contenidos/2011/09/15/noticia_0025.html  

 

LA VERDAD SOBRE LA ENCLITOFILIA

por Horacio Velmont  

La palabra “enclitofilia” es un término usado por Edmon Locard, pionero francés de la criminalística, a principios del siglo XX, para definir la atracción sentimental y sexual que algunas mujeres sienten por asesinos, delincuentes o presos.

 

  

¿Qué habría que pensar de un plomero que se dedicara a clasificar la humedad de las paredes de acuerdo a su forma, tamaño, olor y color? Simplemente pensaríamos que ese plomero está demente. 

Aunque parezca increíble, los psiquiatras hacen exactamente lo mismo con los trastornos mentales: en lugar de ocuparse de las causas se ocupan de los síntomas, es decir, de los efectos, que no resuelven nada.

Así como la única causa de la humedad de la pared es el caño roto, y por lo tanto resulta una pérdida de tiempo ocuparse de clasificar la humedad por su apariencia, así también la única causa de los trastornos mentales es la mente reactiva y los engramas, y por lo tanto resulta superfluo ocuparse de clasificarlos de acuerdo a los síntomas que presente.

Un engrama es similar a una orden hipnótica. La diferencia entre un engrama y una orden hipnótica es que el engrama, por definición, contiene dolor, mientras que la orden hipnótica por lo general no. No obstante, si una orden hipnótica fuera acompañada de dolor, no se diferenciaría de un engrama.

Una mujer que se encandila con un asesino (enclitofilia) simplemente tiene un engrama en restimulación que la impulsa a encandilarse con un asesino. ¿Así de simple? Pues sí, así de simple.

El mismo factor es el que hace que alguien juegue compulsivamente o beba sin parar o sea fanático de Hitler o adicto al sexo o a la pornografía o a cualquier otra cosa que a uno se le ocurra. 

Si alguien tiene un engrama que le ordena jugar compulsivamente, jugará compulsivamente; si tiene un engrama que le ordena fumar sin parar, fumará sin parar, y así por el estilo. 

No se necesita ser un genio para deducir, entonces, que si una mujer admira a un asesino es porque tiene un engrama que la impulsa a admirar a los asesinos, incluso al punto de querer casarse con él. La razón no tiene nada que ver en este caso ni tampoco el corazón, sino solo la mente reactiva y uno o varios engramas en restimulación.

La mente reactiva no piensa porque es un mecanismo automático de supervivencia que tienen todos los seres vivos, tanto el hombre como los animales e incluso las plantas. La mente reactiva, si quiere salvar al organismo de un peligro inminente, tiene que actuar de inmediato, ya que si tuviera que razonar antes de actuar el organismo podría perecer.

Si alguien va caminando por la vía del tren y oye un silbato, la mente reactiva lo hará salir de las vías de inmediato, aun si en realidad no venía ningún tren y el silbato solo era el de una fábrica vecina anunciando que había terminado la jornada laboral.

La pregunta del millón es, entonces, ¿para qué ponerles nombres a los trastornos mentales si todos tienen el mismo origen, es decir, la mente reactiva y los engramas? En otras palabras, ¿de qué sirve clasificar los trastornos mentales de acuerdo a los síntomas, si eso es un disparate similar al del plomero que clasifica la humedad de las paredes por su apariencia? 

Los criminalistas y los psiquiatras citan como uno de los casos más famosos de enclitofilia al de Ted Bundy, un criminal que fue condenado por catorce homicidios (en el listado oficial se habla de 36 víctimas en Estados Unidos), pero se calcula que mató más de cien: las torturaba, las golpeaba y después las mataba a golpes o mazazos. Según su registro, se formó el club de admiradoras de Ted Bundy y lo iban a ver a la cárcel para tener relaciones íntimas con él.

Pero nada tenía que ver su condición de asesino para que las mujeres se fijaran en él, sino los engramas que dirigían sus conductas, como hemos expuesto. Y la prueba está en que si a esas mujeres se eliminara de la mente reactiva las órdenes hipnóticas que las impulsaban, esa compulsión por los asesinos desaparecería como por arte de magia.

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LECTURAS COMPLEMENTARIAS

La mente reactiva automática

http://www.grupoelron.org/autoconocimientoysalud/lamentereactivaautomatica.htm

El enamoramiento

http://www.grupoelron.org/autoconocimientoysalud/elenamoramiento.html

Botones de contacto

http://www.grupoelron.org/dianeticaycienciologia/botondecontacto.htm

Las parafilias

http://www.grupoelron.org/quees/epdlslxvi_parafilias.htm

Lista de temas de salud mental

http://www.grupoelron.org/autoconocimientoysalud/temassaludmental.htm

 

 

 

 

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