CLARÍN

¿Los hombres no lloran?

22/3/12

Desde chiquitos muestran su costado más duro, como si los sentimientos fueran “cosas de minas”. ¿Es tan así? Responde un analista del misterioso actuar masculino.

http://www.entremujeres.com/pareja-y-sexo/hombres/hombres-sentimientos-pareja-columinista-llorar-lloran-tristeza_0_666533400.html

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¿LLORAR NO ES DE HOMBRES?

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UN MITO DIFÍCIL DE ERRADICAR

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por Horacio Velmont

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Para aclarar desde un principio el tenor de esta nota digamos que en materia de llorar, los hombres son iguales que las mujeres, siendo un mito el que ellos no lo hacen.

En principio, y esto es obvio, en una sociedad donde se considera a la mujer débil y al hombre fuerte, la idea difundida es que llorar es de mujeres y no llorar es de hombres. Ésta es la razón de que usualmente se vea llorar más a ellas que a ellos. Bajo esta premisa, a ellas les queda bien el llorar y a ellos no.

Ante una situación angustiante, como lo puede ser la muerte de un ser querido, tanto la mujer como el hombre sienten la misma necesidad de llorar. Ellas lo hacen abiertamente y ellos se reprimen o se esconden para hacerlo.

Desde ya que también, aunque esto es harina de otro costal, muchos hombres no lloran pues tienen un implante engrámica social y/o familiar. 

¿Pero cuál es la verdad subyacente en todo esto y que los psiquiatras o psicólogos, que presumen saber tanto de la mente, aún no han descubierto?

Supongamos que un hombre es abandonado por una mujer, ¿llora por amor? No, en absoluto. Ningún hombre llora por amor ni tampoco las mujeres. Se llora por otras razones.

Todos los seres humanos tienen mente reactiva, que es una segunda mente si consideramos a la mente analítica o consciente como la primera. Esa mente reactiva es un mecanismo de supervivencia que tienen todos los seres vivos, incluso los animales y las plantas.

La mente reactiva graba todo lo que sucede alrededor de una persona inconsciente de la misma forma que un grabador graba todo lo que ocurre en el entorno. Las grabaciones en la mente reactiva se denominan "engramas" y son similares a órdenes hipnóticas que contuvieran dolor.

Cuando se pulsa la tecla del grabador se reproduce todo lo grabado y de la misma forma sucede con la mente reactiva cuando se restimulan sus engramas.

Primariamente, los engramas pueden clasificarse en físicos y emocionales. Los engramas físicos son, por ejemplo, cuando alguien se cae de una escalera, su cabeza pega contra el piso y se desmaya. Los engramas emocionales son, por ejemplo, los de pérdida por cualquier motivo, de un ser querido, de un objeto preferido, incluso de un trabajo. También entran en esta categoría las amenazas de pérdida.

Para la mente reactiva, que reiteramos es un mecanismo de supervivencia, todo lo que sucede en un momento de desconexión analítica es antisupervivencia, y ésta es la razón de que grabe todo lo que sucede. Más tarde, si se presenta una situación similar le avisa al organismo que hay peligro y que debe huir. Esto se puede ver más claro en los animales.

Cuando a un hombre o a una mujer su pareja lo abandona se le implanta automáticamente un engrama de emoción dolorosa por la pérdida. La restimulación de este engrama, de la misma forma que cualquier orden hipnótica, hace que se reviva el momento de la pérdida y de allí la consiguente angustia. No se sufre por amor sino por la pérdida, por cualquier pérdida, lo que hace superfluo cualquier clasificación ya que todas tienen el mismo origen engrámico. 

Digamos, de paso, que también resulta superfluo  clasificar los trastornos mentales, como lo hace la Psiquiatría: esquizofrenia, psicosis, paranoia, demencia, depresión, claustrofobia, aracnofobia, etc., ya que detrás de cada uno siempre hay un engrama o varios en restimulación crónica.

Los engramas contienen carga y ésta es medible con el E-Metro, aparato desarrollado por L. Ronald Hubbard y utilizado en las organizaciones de Cienciología para detectarla y luego eliminarla de la mente reactiva.

Una vez detectado el incidente, la persona lo relata tal como sucedió, pero no recordándolo sino reviviéndolo, y entonces la carga se borra de inmediato. Si solo lo recuerda la carga no se elimina: tiene que revivirlo.

Cuando el incidente es un impacto físico basta con revivirlo, pero si se trata de una pérdido, es decir de un engrama de emoción dolorosa, entonces tiene que descargarlo mediante el llanto a medida que lo revive. 

Cuando una persona ha sufrido una pérdida, por ejemplo de un amor, cada vez que lo recuerde se sumirá en la angustia, y si llora se aliviará. Pero este alivio es momentáneo y no elimina la carga del engrama, sino que ésta desaparece momentáneamente para aparecer luego otra vez. La razón de que no desaparezca definitivamente es que la carga únicamente se elimina, como ya dijimos, cuando se revive el incidente de pérdida y no cuando simplemente se lo recuerda.

La creencia de que el tiempo cura todo los males es falsa, porque el tiempo no solo no cura nada sino que por el contrario aumenta la carga al implantarse nuevos engramas, sean físicos o emocionales.

Siendo, por lo tanto, la mente reactiva de los hombres similar al de las mujeres, es obvio que la necesidad de llorar para sentir alivio, aunque sea momentáneo, es la misma.

Cuando los psicólogos promueven el llanto en los hombres o en las mujeres como si fuera lo único que se puede hacer ante una pérdida, en realidad están actuando con el mismo conocimiento que tienen nuestras abuelas, que no saben nada de mente reactiva o engramas, y solo le están prolongando la angustia a sus pacientes.

Todos aquellos que se han psicoanalizado saben que muchas veces han ido al analista con algún problema angustiante y al relatárselo se han aliviado. Pero como solo han recordado el incidente y no revivido, la carga no se eliminó porque el engrama solo se desactivó. Más tarde volverá con toda su intensidad... ¿Alguna vez han oído que el Psicoanálisis es interminable¿ ¡Pues ésta es la razón!

Y ésta es toda la historia respecto de la pregunta sobre si es cierto que los hombres no lloran.  

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