Apuntes sobre la mente humana XIV bis | 10/10/2011 |
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APUNTES SOBRE LA MENTE HUMANA XIV bis
BASADOS EN LOS DESCUBRIMIENTOS DE L. RONALD HUBBARD
LA RESTIMULACIÓN DE LOS ENGRAMAS
(CONTINUACIÓN)
por Horacio Velmont
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El engrama nunca se "computa. Un ejemplo de esto, a nivel de ligera aberración, se puede encontrar en el castigo de un niño. Si uno examina una infancia en la que el castigo ha sido corporal y frecuente, empieza a comprender la total futilidad de la teoría de "la obligación por el dolor".

El castigo, real, literal y enfáticamente, no hace bien de ningún tipo, sino que logra todo lo contrario, ya que ocasiona una rebelión reactiva contra la fuente del castigo, y es probable que causa no solo la desintegración de la mente, sino también un continuo tormento para la fuente del castigo.

El hombre reacciona para luchar contra las fuentes del dolor. Cuando deja de luchar contra ellas está mentalmente abatido y es de poca utilidad para nadie y muchos menos para sí mismo.

Tomemos el caso de un niño al que pegaban con una fusta cada vez que era "malo". Al investigar este caso, el más minucioso interrogatorio no consigue revelar ningún recuerdo vivido de por qué se le castigó, sino solamente que se le castigó.
El desarrollo del suceso sería algo así: actividad más o menos racional, miedo ante la amenaza del castigo, castigo, tristeza por el castigo, actividad de nuevo. La mecánica del caso demostró que la persona estaba ocupada con alguna actividad que era para ella una actividad sobreviviente, tanto si otros lo consideraban así como si no, que le proporcionaba placer o beneficios reales o incluso la afirmación de que podía sobrevivir y sobreviviría.
En el momento en que se le amenaza con el castigo, entran en restimulación, como engramas menores, viejos castigos que generalmente descansan sobre engramas mayores; esto suspende el poder analítico en cierta medida, y el registro se hace ahora a nivel reactivo; el castigo tiene lugar sumergiendo la conciencia analítica de modo que el castigo se registre únicamente en el banco de engramas; la tristeza que le sigue está aún en el período de suspensión analítica; la mente analítica se conecta gradualmente; vuelve la consciencia plena y entonces puede continuar la actividad en un plano analítico.
Todo castigo corporal sigue esta secuencia, y todos los demás castigos son, como mucho, candados que siguen este mismo modelo, a los cuales solo les falta la suspensión analítica completa que resulta del dolor.
Si la mente analítica quiere estos datos para computar, no están disponibles. Hay una reacción en la mente reactiva cuando se aborda el asunto en la terapia. ¡Pero hay cinco direcciones que la mente reactiva puede seguir con estos datos! Y no hay entre el cielo y la tierra garantía ni método alguno para saber qué dirección seguirá la mente reactiva con los datos, excepto conocer todo el banco de engramas; y si se conoce eso, la persona se podría aclarar con unas pocas horas más de trabajo y obviamente no necesitaría ningún castigo.
Estas cinco maneras de manejar datos hacen del castigo corporal algo inestable y no fiable. Existe una proporción que se puede probar y comprobar en la experiencia de cualquier hombre: un hombre es perverso en proporción directa a la destructividad que se ha dirigido contra él. Un individuo (incluyendo a aquellos individuos que la sociedad suele olvidar como individuos: los niños) reacciona contra la fuente del castigo, tanto si esa fuente son los padres como si es el gobierno.
Cualquier cosa que se enfrente al individuo como fuente de castigo será considerada, en grado mayor o menor (como lo es en proporción a los beneficios), como blanco para las reacciones del individuo.

Los pequeños derrames accidentales del vaso de leche de los niños, ensuciar las paredes con pintura, ese ruido que ocurere accidentalmente en el pasillo donde están jugando, ese pequeño destrozo acvcidental en el sombnrero de papá o en la alfombra de mamá, todas éstas cosas con, frecuentemente, acciones frías y calculadas de la mente reactiva contra las fuentes del dolor.
La mente analítica puede condescender respecto al amor, el afecto y la necesidad de tres comidas abundantes. La mente reactiva recita todas las lecciones que ha aprendido, y al diablo con las comidas.

Si dejáramos una calculadora en manos de un idiota para que hiciera una auditoría en los libros de la compañía, y le permitiéramos que no dejase que el auditor contable tocara la maquinaria ni los datos que ha de tener para obtener respuestas correctas, poco es lo que se conseguiría en forma de respuestas correctas.
Y si se siguiera alimentando y engordando al idiota, haciéndolo poderoso, la compañía tarde o temprano iría a la ruina. La mente reactiva es el idiota, el auditor contable es el "yo" y la compaía es el organismo. El castigo alimenta al idiota.

El imponente asombro de la policía acerca del "criminal reicidente" (y la crencia policíaca en el "tipo criminal" y en la "mente criminal") se produce mediante este ciclo. Por una u otra razón, la policía, como los gobiernos, se ha identificado con la sociedad. Toma a cualquiera de estos "criminales", libéralo de engramas y la sociedad recupera a un ser racional de los que no le sobra ninguno. Mantén en marcha el ciclo del castigo y las prisiones se harán más numerosas y estarán más llenas.
El problema del niño que provoca a sus padres mediante "negándolo" y el problema del delincuente que revienta a un policía bancario durante un atraco a mano armada, provienen del mismo mecanismo. El niño, examinado a un "nivel consciente" no es consciente de sus motivaciones, sino que presentará diversas justificaciones para su conducta.

Cuando al criminal, que está esperando que esta sociedad "tan sensible" le ate con correas a una silla eléctrica y le aplique una terapia de electrochoque que le hará cesar y detenerse para siempre, se le examine para buscar sus causas, enunciará múltiples justificaciones para explicar su vida y su conducta.

La mente humana es una maravillosa máquina de computar. Las razones que puede aducir para explicar actos irracionales han asombrado a todo el mundo, y en particular a los asistentes sociales. Sin conocer la causa y el mecanismo, las probabilidades de llegar a una conclusión correcta comparando todas las conductas disponibles son tan remotas como ganarle una partida de ajedrez a Deeper Blue, la supercomputadora que en 2007 le ganó al campeóln mundial Gary Kasparov.
De ahí que los castigos hayan continuado como la respuesta confusa de una sociedad muy confundida.
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El invento del antisemitismo | 10/10/2011 |
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Perfil
CELEBRIDADES SE CONFIESAN
La discriminación contra la minoría judía contada en primera persona
En la semana en que se conoció una encuesta sobre antisemitismo en el país, afirman que lo sufrieron y los marcó, pero piden no exagerar.
http://www.perfil.com/ediciones/2011/10/edicion_616/contenidos/noticia_0053.html
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EL INVENTO DEL ANTISEMITISMO
por Horacio Vemont

El antisemitismo es un término que hace referencia al prejuicio o la hostilidad abierta hacia los judíos como grupo generalizado. Suele manifestarse en una combinación de prejuicios de tipo religiosos, raciales, culturales y étnicos. Aunque la etimología del término podría dar a entender que se trate de un prejuicio contra los pueblos semitas en general, el término se utiliza en forma exclusiva para referirse a la hostilidad contra los judíos. El antisemitismo puede manifestarse de muchas formas, desde formas de odio o discriminación individuales, ataques de grupos nucleados con dicho propósito, o incluso violencia policial o estatal (Wikipedia).
Solo la ignorancia puede ver al prejuicio contra los judíos como algo analítico o de alguna manera razonado y no como lo que en verdad es: un trastorno mental, más precisamente "psicogénico". No decimos "psicosomático" porque éste es un término equivocado.

El prejuicio, entendido como "juicio u opinión negativo que alguien se forma sin el conocimiento necesario", tiene su origen, como todos los trastornos mentales, en la mente reactiva y en la dramatización de engramas, lo que equivale a decir, por lo tanto, que su raíz es la irracionalidad.
Lo que hay que combatir, consecuentemente, no es el antisemitismo sino un trastorno mental como cualquier otro trastorno mental.

Desde el mismo momento en que se descubrió la mente reactiva, la segunda mente del hombre, quedaron obsoletas todas las clasificaciones de los trastornos mentales hechas por la Psiquiatría, porque todas tienen el mismo origen: la dramatización de engramas.

Concretamente, si alguien le tiene temor a las serpientes no tiene "ofidiofobia" sino un engrama que le ordena tener miedo a las serpientes; si alguien tiene temor a los espacios cerrados no tiene "claustrofobia", sino un engrama que le ordena tener miedo a los espacios abiertos; si alguien le tiene temor a los aviones, no tiene "aerofobia", sino un engrama que le ordena tener miedo a los aviones.
Y así podíamos seguir hasta el infinito. La clasificación de los trastornos mentales, poniéndoles a cada uno un nombre es una artimania de la Psiquiatría para hacerle creer al paciente que sabe de qué se trata su "enfermedad".

De la misma forma, si alguien le tiene odio a los negros, tiene un engrama que le ordena tener odio a los negros. Si tiene odio a los blancos, tiene un engrama que le ordena tener odio a los blancos. Si alguien tiene odio a los gordos, tiene un engrama que le ordena tener odio a los gordos. Si alguien le tiene odio a los homosexuales tiene un engrama que le ordena tener odio a los homosexuales, y así por el estilo.

Es muy fácil demostrar que detrás del odio hay un engrama. En Cienciología hay un aparato llamado "E-Metro" (abreviatura de Electropsicómetro) mediante el cual se puede determinar que detrás de un determinado odio hay un engrama porque la aguja del cuadrante marca carga. Mediante la técnica respectiva para eliminar engramas, el auditor (así se llama el operador del aparato) lleva al paciente al momento en que alguien le implantó esa orden engrámica. Una vez eliminada, ese odio desaparece, siendo el primer sorprendido el mismo paciente, que termina riendo por lo estúpido que fue al obedecer a una orden de naturaleza hipnótica que él creía que era una evaluación suya racional.
Veamos si puedo explicar este asunto del odio a los judíos utilizando el hipnotismo, que es una buena herramienta para comprender el mecanismo reactivo.

Se hipnotiza a una persona y se le da la orden poshipnótica de que cuando despierte sentirá que los judíos son la causa de todos sus males y que cuando el operador se toque la corbata comenzará a despotricar contra ellos, pero que cuando se toque la nariz sentirá que en realidad los judíos no son los culpables sino los negros, y que cuando haga tronar los dedos sentirá que la culpa en realidad la tienen las mujeres.
Bien, ¿qué sucede cuando se la despierta y el operador se toca la corbata? Simplemente que el sujeto, sin saber que se le ha implantado una orden hipnótica, comienza a hablar desaforadamente contra los judíos.
Naturalmente que los presentes en la demostración comenzarán a reírse porque saben que ese odio no tiene ningún fundamento real.
Sin embargo, el sujeto hace caso omiso de esas risas y continúa despotricando contra los judíos tal como se lo ordena la sugestión hipnótica implantada.
Continuando el experimento, el operador se toca la nariz, y se verá que de pronto el sujeto cambia de idea y dirige su odio contra los negros, diciendo que en realidad los judíos no son los culpables.
Para finalizar la demostración, el operador hace tronar los dedos y el sujeto cambia nuevamente de idea y el blanco ahora serán las mujeres.
Sin embargo, lo que más provocará las risas de los presentes serán las explicaciones disparatadas que dará el sujeto para justificar su conducta, que no es otra cosa que la mente analítica tratando de hacer su trabajo inherente, es decir, que el organismo tenga siempre razón.
Como no sabe que tiene una orden hipnótica en la mente reactiva de odiar a los judíos o a los negros o a las mujeres, al no encontrar ninguna causa razonable directamente la inventa.
Si bien todas estas órdenes han sido implantadas como sugestiones hipnóticas, los engramas fóbicos entran en la mente reactiva de la misma forma.

En el futuro se impondrán severas sanciones penales a
quienes hablen en las cercanías de una persona inconsciente
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Fuera de la hipnosis, en la vida real los engramas entran en la mente reactiva cada vez que la mente analítica o consciente se desconecta, total o parcialmente.

El caso más dramático es el que se produce en el quirófano, donde la persona está totalmente "inconsciente" (analíticamente, se entiende) y la mente reactiva funcionando a pleno. Si un cirujano le pregunta al otro: "¿Te gustan las judías?", y el otro le responde: "No, me dan asco. Una vez probé una y tuve que vomitar. Odio a las judías", el paciente anestesiado grabará éstas palabras como engrama, es decir, como órden hipnótica porque además de inconsciencia contiene dolor, que es el que potencia el cumplimiento.
Desde ya que para la irrcional e impredecible mente reactiva la palabra "judía" se refería a la mujer que pertenece a esta raza y no a la conocida planta, que es a la que aludían los cirujanos. El ejemplo es un poco traído de los pelos, desde ya, pero solo se lo expuso para ilustrar de la mejor forma posible cómo "actúa" la mente reactiva, para la que cualquier cosa es igual a cualquier cosa.


Llámese orden hipnótica o llámese engrama, la compulsión a odiar, sea a los judíos, a los negros, a los homosexuales, a los extranjeros, a las mujeres, a los altos, a los flacos, a los gordos, a los jefes, a los subordinados, a los ricos, a los pobres, a los lisiados, etc., etc., etc., no tiene en absoluto el origen que como pauta los despistados investigadores le dan.
El origen de todas estas fobias es únicamente la mente reactiva y los engramas, o más concretamente, la aberración.
Por lo tanto, reiteramos que dar nombres a las diversas aberraciones tales como “antisemitismo”, “xenofobia”, homofobia, etc., no es más que una bobada surgida de la ignorancia.
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¿Cómo se cura el antisemitismo, la xenofobia o la homofobia? Simplemente como se cura cualquier trastorno mental, es decir, a través de la terapia dianética, eliminando el engrama que lo causa.
Una vez limpia la mente reactiva de engramas (este estado se llama clear), la persona actúa de acuerdo a su patrón óptimo, y es solidario y servicial con sus semejantes.
Y ésta es toda la simple historia del "antisemitismo".
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LECTURAS COMPLEMENTARIAS
La mente reactiva automática
http://www.grupoelron.org/autoconocimientoysalud/lamentereactivaautomatica.htm
El antisemitismo
http://www.grupoelron.org/quees/epdlsxxxvii_antisemitismo.htm
El racismo
http://www.grupoelron.org/quees/lulxxix_racismo.htm
Las fobias
http://www.grupoelron.org/quees/lulxxvii_fobias.htm
La homofobia
http://www.grupoelron.org/quees/epdlsxl_homofobia.htm
La discriminación
http://www.grupoelron.org/quees/epdlsxxxix_discriminacion.htm
Lista de temas de salud mental
http://www.grupoelron.org/autoconocimientoysalud/temassaludmental.htm
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