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Francisco Suárez por Francisco Arias Solís4/4/2010
 

FRANCISCO SUÁREZ

(1548-1617)


La felicidad no consiste en las muchas cosas poseídas

sino en el modo de gozarlas, aunque sean menos.”

Francisco Suárez


LA VOZ DEL MÁS MODERNO DE LOS ESCOLÁSTICOS


Suárez fue el más moderno de los escolásticos y el más escolástico de los modernos. Heredero de toda la Escuela, supo llevarla a su punto de madurez más avanzado; después de él pronto se producirá la decadencia de la ancestral tradición milenaria. Pero la proyección del doctor eximius fue intensa y duradera. En los medios católicos, tuvo numerosos discípulos y fue continuado por una pléyade de maestros. Para los protestantes, fue por mucho tiempo un modelo. El gran filósofo andaluz está presente incluso en el seno de la filosofía nueva de la edad barroca y luego de la Ilustración. Su pensamiento ocupa un importante lugar en el pensamiento español y constituye un giro capital en la evolución de la especulación mundial.


Francisco Suárez nació en Granada el 5 de enero de 1548. Fue muy pronto tonsurado; estudiante en Medina del Campo y después en Salamanca, donde siguió los cursos de Mancio de Corpus Christi, Juan de Guevara y Enrique Henríquez, en 1564 entró en la Compañía de Jesús donde recibió las enseñanzas de Andrés Martínez. Poco después fue profesor en Segovia, Salamanca, Valladolid, y Alcalá. Llamado a Roma e 1580, permaneció allí durante cinco años, muy unido a Belarmino y el Papa. De regreso a España, enseñó en Alcalá, donde sus primeros libros le comportaron dificultades por parte de los censores dominicos. En 1593, se reintegró a Salamanca, donde enseñó con una brillantez cada vez mayor: en el colegio jesuita del Aspirantado escribiría, en 1597, su obra maestra, las Disputaciones metaphysicae.


En este mismo año, nombrado profesor de la cátedra de Primo de Coimbra a instancias de Felipe II, implantó allí durante mucho tiempo el pensamiento salmantino hasta 1615 que obtuvo su jubilación, marchando a Lisboa, dos años antes de su muerte, ocurrida en dicha ciudad el 25 de septiembre de 1617. Las controversias que tuvo que sostener debido a su fama no alteraron nunca su serenidad de fondo, a pesar de su carácter quisquilloso y combativo. Por su inmensa cultura y puntualidad doctrinal, y también por su fervor religioso, Suárez recibió el nombre de doctor eximius et pius, es el más eminente representante de la escolástica barroca.


Escrito a la vez contra el protestantismo, que defendía el derecho divino de los soberanos, y contra todos los naturalistas más o menos cínicos, el De legibus analiza en primer lugar la ley en general, para después estudiar las diversas clases de leyes y las cuestiones que éstas suscitan.


El análisis del principio de soberanía es mucho más avanzado que en los autores que le precedieron. En la obra de Suárez, el poder es dado por Dios a toda la comunidad política y no solamente a tal o cual persona: contra el cesarismo y los legistas, el maquiavelismo y el luteranismo, Suárez elabora, en suma, la teoría de la democracia, que profundiza más en su Defensor fidei. La noción de pacto o de contrato social aparece ya en el doctor eximius: la comunidad política se constituye por una primera entente entre individuos o familias; ésta puede delegar el poder a un grupo o a una sola persona, por medio de un segundo pacto, que Dios deja a nuestra discreción. Por regla general, la democracia, es decir el gobierno directo del pueblo por el pueblo, será la forma más natural de gobierno, y no necesita de una institución particular, pues es conforme a la espontaneidad de nuestro ser.


Mas aún, el De legibus se dedica metódicamente a fundar el derecho internacional. En ella el género humano es concebido como algo que forma una unidad no sólo específica, sino incluso moral y política. Ya ahí, el precepto evangélico de amor universal a nuestro prójimo, sin distinción de raza o de patria, nos invita a considerar la humanidad como un solo cuerpo. Pero hay más: aunque cada Estado sea una comunidad perfecta y autosuficiente, tiene, en cierta medida, necesidad de los otros Estados, ya sea para satisfacer tal o cual carencia, ya para aumentar sus posibilidades. Así pues, cada grupo nacional forma parte de la comunidad internacional, que es superior a aquél, natural y moralmente.


De todo lo cual se sigue que es indispensable un derecho internacional para regir esta sociedad universal. Este derecho tiene dos fuentes en primer lugar, el derecho natural, surgido de la razón; después, el derecho de gentes, surgido de los usos locales y particulares de cada nación, que vienen a completare el derecho natural en innumerables puntos.


Suárez en lugar de rechazar, como la mayoría de los humanistas, la tradición de cuatro siglos escolásticos la sopesa y discute punto por punto, separando cuidadosamente los elementos válidos de los caducos. Y como dijo el filósofo andaluz: “La comunidad política es libre por derecho natural y no está sujeta a ningún hombre fuera de ella, sino que ella misma en su totalidad tiene el poder político que es democrático mientras no se cambie.”


Francisco Arias Solís


El futuro se gana, ganando la libertad.


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Lo que el fuego se llevó por Francisco Arias Solís3/4/2010
 

LO QUE EL FUEGO SE LLEVÓ

 


La muchacha de lágrimas

se bañaba entre las llamas

y el ruiseñor lloraba

con las alas quemadas.”

Federico García Lorca.


LAS PÉRDIDAS PRODUCIDAS POR LOS INCENDIOS


Los incendios producen en la industria y el comercio español, anualmente una pérdidas de muchísimos millones de euros. Estas pérdidas afectan sobre todo a las empresas siniestradas, pero también toda la sociedad sufre por ellas.


En España se producen anualmente unos 25.000 incendios. Algo menos de la tercera parte (un 32 %) son incendios forestales. Entre los otros incendios destacan los producidos en edificios y dentro de estos, los edificios destinados a vivienda, en segundo lugar, los ocurridos en el sector de transporte, y por último los incendios en industrias y almacenes. Muchos de los incendios producidos en edificios destinados a vivienda se inician en establecimientos comerciales ubicados en ellos, o bien, los comercios son afectados por los incendios originados en las viviendas.


Cada día aparecen noticias de incendios muy escuetas que solamente dicen que las pérdidas han ascendido a una cifra estimada en aquel momento y que la causa del incendio ha sido identificada. En estos primeros informes no se cuentan las pérdidas directas e indirectas, ni las víctimas, muertos o heridos, ya que la pérdida de la vida de una persona es incalculable.


Los incendios, además suelen tener importantes efectos sobre la comunidad, sobre todo si las entidades siniestradas son actividades industriales o comerciales de gran interés para la comunidad. Las evaluaciones de los bienes y propiedades industriales tienen efectos a largo plazo que no suelen ser consideradas en las primeras estimaciones de las pérdidas causadas por los incendios.


Las pérdidas de una empresa afectada por un incendio son muy variables: Pérdida de empleados, especialmente los cualificados que buscan otro trabajo; pérdida de clientes y de confianza de los accionistas; pérdida de ganancia sobre inversión de capital y de situación de riesgo de crédito; gastos de retener personal clave mientras la empresa está fuera de producción; embargo de pagos de seguro por parte de los proveedores; costes de demolición y derribo; costes de reconstrucción de edificios y naves; gastos fijos durante el tiempo de paro; costes de alquiler de instalaciones temporales; pérdidas de archivos e informática almacenada; pérdida del poder producir ingresos por patentes, marcas registradas, etc., pérdida del valor de la publicidad hecha anteriormente; imposibilidad de defenderse contra reclamaciones injustas debida a la pérdida de archivos y registros, etc., etc.


La empresa y los trabajadores no son los únicos “perdedores” como resultado de un incendio: la comunidad entera sufre. Entre las principales consecuencias cabe destacar: Pérdida de empleo, pérdida de circulación de dinero de los empleados; aumento de las cargas de compensaciones de desempleo, pérdida de negocios de los proveedores con materias primas y servicios a la empresa siniestrada y pérdida de impuestos sobre los terrenos y propiedades destruidas.


Las pérdidas indirectas puede obstaculizar la reapertura de una empresa después del incendio si no está asegurada adecuadamente.


En la localidad se sufren pérdidas tanto económicas como emocionales. Los trabajadores obligados a estar en paro y que no encuentran nuevos empleos pueden trasladarse a otros lugares donde haya más posibilidad de encontrar trabajo.


Es fácil ver que las pérdidas indirectas traen consecuencias imprevisibles, y algunas de las pérdidas no se manifiestan hasta años después de haber transcurrido el siniestro. Este hecho junto con las incertidumbres y las fluctuaciones de la economía, dificultan enormemente las estimaciones de las pérdidas indirectas en términos de valores fijos.


Todo se lo lleva el fuego, pero sobre todo las esperanzas. Y no hay mayor pérdida que la de las esperanzas. Por ello, Dante escribió: “Dejad toda la esperanza, vosotros los que entráis en el Infierno”. Y otro poeta nos dijo.”Las esperanzas perdidas nadie las va a buscar, / espantadas por las llamaradas, / no se vuelven a encontrar”.


Francisco Arias Solís


La guerra es un mal que deshonra al género humano.


XIII Festival Poético por la Paz y la Libertad


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