Oramos por ti... mi principe
Señor Jesús, aquel a quien amas está enfermo. Tú lo puedes todo; te pido humildemente que le devuelvas la salud.
En los caminos de Palestina tratabas a los enfermos con tal delicadeza que todos venía a ti, dame esa misma dulzura, ese tacto que es tan difícil de tener cuando se esta sano.
Que yo sepa dominar mi nerviosismo para no agobiarle, que sepa sacrificar una parte de mis ocupaciones para acompañarles, si es su deseo.
Yo estoy lleno de vida, Señor, y te doy gracias por ello. Pero haz que el sufrimiento de los demás me santifique, formándome en la abnegación y en la caridad. Amén
Mi primera perdida
Ahí, en un rincón de mi esta tu recuerdo aguardando,
desea entrar a mi alma y no quiero saber de el,
lo detesto cuando logra llegar a mi mente... me entristece el alma...
la cual sufre y se derrama, le hablo, le suplico ... vive, pero no escucha
y llora, y gime por tu presencia y es ahí...
donde mi corazón se enreda con este recuerdo
y grita, pelea conmigo hasta el cansancio,
por no verte junto a el, lloro y desespero al sentir tu
recuerdo muy dentro, es como estar a tu lado
y no poder tocarte, abrazarte, besarte y desespero
por tu ausencia y grito al cielo ¿el porqué? de este
sufrimiento que me invade todo el cuerpo y
recordando me estremezco, tiemblo, y ME RESIGNO....
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