En la construcción de edificios, hay diferentes tipos de materiales de construcción que podemos encontrar y que se utilizan para la realización de edificios de altura. Unos son los materiales de construcción compuestos, que son productos formados por la mezcla de materiales con diferentes propiedades pero fácilmente distinguibles entre sí. Entre ellos encontramos: el asfalto, mezcla de alquitrán y grava, y el hormigón, mezcla de cemento, grava y agua. En cuanto a los primeros (los asfaltos) son materiales impermeables, que se utilizan como aglutinantes, pavimentos de carretera y recubrimientos de patios y tejados. Otro tipo, el mortero (compuesto por arena y agua) es fácil de elaborar y se endurece en poco tiempo. A este proceso de endurecimiento se lo llama “fraguar”. Se utiliza como aglutinante para pegar ladrillos o baldosas. El hormigón, se endurece al poco tiempo y se caracteriza por ser resistente al fuego, duradero, resistente a la compresión, a la tracción y se emplea en la fabricación de hormigón armado, vigas, pilares, cimientos y estructuras en general.

Dentro del conjunto de los materiales de construcción, existen diferentes tipos y clases. Entre las clases que podemos encontrar, se encuentran los materiales cerámicos. Estos materiales de construcción se obtienen a partir de la cocción del barro o de la fundición de minerales. En todo proceso de elaboración de materiales cerámicos podemos encontrar dos etapas. La primera que tiene que ver con el mezclado y moldeo en donde las máquinas amasadoras mezclan arcilla con agua, para luego dar forma a la masa haciéndola pasar por diferentes boquillas. Luego de esto, se trocea según las medidas convenientes. Una vez que el material está cortado se coloca en los hornos continuos y circula a través de cámaras a diferentes temperaturas para que no se agriete ni se rompa, y así se obtiene el material. Los productos más utilizados con este elemento son: ladrillos (finos, ordinarios) tejas, azulejos, gres y porcelana.