Las fosforitas contienen 0,005 – 0,020 % U y las hay en Marruecos, Estados Unidos (Florida y Idaho), Jordania y otros países de Medio Oriente. Durante la producción del ácido fosfórico el Uranio puede también ser extraído como subproducto de la actividad de minería.
La cantidad potencial de uranio recuperable a partir de la producción mundial de fosfatos sería de más de 11.000 toneladas de U por año (producción global de P2O5 en 2010 fue 33,6 Mt).
En Jordania, las reservas son de 1.500 Mt fosfatos con 140.000 tU. El gobierno trabaja en la licitación para el desarrollo del proyecto Qatrana, que contiene 52 Mt de fosfatos y 22.000 tU con vanadio. En Egipto, las reservas suman 100 M t de fosfatos con 40.000 tU.
En Túnez, hay reservas por 100 M t de fosfatos con 50.000 tU. Con la producción de 1,6 Mt P2O5/año, se obtendrían 265 tU/año como subproducto. La OIEA financió el proyecto de una planta piloto para la recuperación de uranio a partir de fosfatos. En Marruecos, hay reservas por 50 B t de fosfatos con 6,9 M tU y existe la expectativa de producir 1.900 tU/año a partir de 2013-17.
Sus beneficios comprobados son el valor económico del uranio recuperado, la reducción de las demandas regulatorias para la disposición final de los residuos de bajo nivel radiactivo que surgen de la producción de fosfatos y el menor contenido de uranio en los fertilizantes de base fosfática.
Estados Unidos tuvo en operación ocho plantas para la recuperación de uranio a partir del ácido fosfórico (seis en Florida y dos en Louisiana). Otras plantas de producción también fueron utilizadas en Canadá, España, Bélgica (con fosfatos de Marruecos), Israel y Taiwán.
En Brasil, hay reservas de 340 Mt de fosfatos con 220.000 tU en Santa Quiteria-Itataia. Los tenores son del orden de 0,054% U in P2O5 y se prevé una producción de 1.270 tU/año. En Estados Unidos las reservas son de 1.400 Mt fosfatos con 170.000 tU. Nukem y CF Industries están planificando la recuperación de 430 tU/año en CF Plant City (Florida).
Hace pocos días, durante los festejos de un nuevo aniversario de Puerto San Julián, el gobernador Daniel Peralta anunció que en esta semana que se inicia enviará a la Legislatura santacruceña un proyecto para regular, definir o fijar los aportes por responsabilidad social empresaria que deberían realizar las compañías de minería en Santa Cruz, aporte que de hecho ya muchas empresas realizan.
Aunque aún no se conoce ningún dato específico sobre la iniciativa parlamentaria, muchos esperan que se tome como ejemplo el sistema que ha impuesto San Juan en su jurisdicción, consistente en comprometer –ya desde la declaración de impacto ambiental que debe presentar cada proyecto para obtener los permisos de explotación– el porcentaje de ingresos que destinarán las compañías tanto a un fondo de desarrollo de infraestructura, como a la financiación de proyectos productivos sustentables en las comunidades de influencia.
La minera entregó con carácter gratuito a la Casa de la Mujer de esa localidad –una institución creada para mujeres desocupadas–, un equipo de bordado de última generación, para personalizar prendas y uniformes. Luego, apoyó económicamente la capacitación de sus operadoras y finalmente está adquiriendo allí la ropa de trabajo terminada para su personal.
Entregar un equipo para producción a quienes lo necesitan para trabajar es un ejemplo de responsabilidad social empresaria. Capacitar a su personal para que pueda operarlo en forma independiente torna esa acción en un proyecto sustentable, y formalizar una contratación de servicios para asegurar mejores ingresos y el desarrollo independiente de la nueva unidad de negocios, lo torna sostenible en el tiempo.
Más allá de que no se conozcan los lineamientos que contendrá el proyecto a presentar, no se trata en principio de una iniciativa desacertada. Si bien compañías como Cerro Vanguardia, Minera Triton, Minera Santa Cruz o Patagonia Gold –por mencionar algunas– han venido aportando importantes montos tanto a mantenimiento de infraestructura social como a proyectos de desarrollo local, es bueno que el compromiso sustentable esté plasmado en los papeles, y que se establezcan condiciones mínimas que no dejen librados esos aportes a la decisión unilateral empresaria, para que no haya empresas que miren para otro lado y manejen un sistema de enclave –como ocurrió con Mina Martha– y que los montos aportados tengan un justo reparto entre Provincia y comunas afectadas, como así también un destino que no sea el de tapar agujeros fiscales, sino financiar la sostenibilidad en el tiempo del impacto minero en las localidades.
En San Julián, Cerro Vanguardia apoyó un proceso que ejemplifica la evolución del compromiso empresario dentro del contexto de la minería en Santa Cruz.