SER DIGNO DE SER
Vimos a las madres de Salomón. Madres sanas, habilitadoras, portadoras de la metáfora paterna. Las vimos instilarle su deseo, deseo de vida. Pero, como siempre el deseo materno es enigmático, dudoso.
Vimos a Salomón preguntarse ¿qué me quiere? Confuso, culposo por haber sobrevivido a tan terrible destino. Carga pesada. Así es el mandato materno que sólo se aligera con la intervención de un padre.
Vimos a esos padres que fueron guiándolo y habilitándolo en los diferentes momentos de su vida.
Vimos el encuentro y el grito desgarrador que no fue un grito en el desierto, escuchado por nadie, aunque todo así lo indicara, sino que se transformó en llamado, guía y destino para Salomón. Causa y objetivo de vida. Eterno retorno a las raíces, marcas primigenias.
Ps. Ma. Nela Dombronsky
Cel: 55 13 725 065
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