LOS IMPERDONABLES

    Vimos que si bien los que se mueven al margen de la ley bien puede considerárselos como ‘imperdonables’, al menos en esta película. Sin embargo, no es justamente a eso a lo que se refiere el título original “unforgiven”, que podría traducírselo como “lo no perdonado”.

    Vimos la obsesión de William Munny (C. Eastwood) por vengar el maltrato a las prostituta? ¿Estarían en la línea materna? ¿Habrá sido su propia madre una de ellas? ¿Sería objeto de maltrato por parte de su padre? ¿Será por eso que mató con tanta saña a Gene Hackman, alguacil cruel y siniestro, prototipo del padre del segundo tiempo del Edipo, quien ES la ley? ¿Y a cada uno de los hombres que mataba porque sí, sin motivo aparente? Hombres que representaban al padre, obstáculo para tener a la madre. A quién llega, por medio de un sustituto cual es su esposa; entonces ya no tenía sentido seguir matando, si ya había conseguido lo que quería. Durante 10 años, es un hombre bueno, amante marido y buen padre; es decir: un buen hijo. Pero, su esposa muere y cae nuevamente en el goce que lo arrastra a seguir matando.

     Vímosle en plena repetición, ocupando él mismo el lugar de ese padre cruel, hacedor de la ley. Lo vimos irse gritando, “no toquen a las prostitutas porque YO haré justicia”.

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¿Qué vimos?  
                      CONVERSACIONES CON MAMA

    Vimos a Jaime, totalmente diezmado, doblegado por haber perdido el trabajo. Desvalorizado ya que no vale nada para esta sociedad de consumo pues no puede consumir y desvalorizado también, sin fuerzas para seguir luchando. ¿Contra qué? Contra ese Gran Otro, total e implacable que lo empuja del sistema hacia la marginalidad. Vimos desmoronarse su mundo, todo lo que él creía acertado: Su mujer sólo piensa en el estatus económico perdido y le exige recuperarlo, sus hijos que no se animan a plantear su disconformismo ante el futuro que le ofrecen. Desorientado, cae en la cuenta que su mundo era sólo una apariencia. EL era una apariencia, el mismo lo dice. Y entonces, ¿quién es?, se pregunta y le pregunta a su madre.

    Vimos a su madre que a los ochentaitantos SÍ sabe quien es y cuál es su deseo. Deseo que muchas veces tuvo que reprimir, postergar pero nunca aniquilar. Si se mata el deseo, se mata a uno mismo pues el deseo y uno son la misma cosa. Esto es lo que le responde a Jaime su madre.

    Vimos a Gregorio, su compañero elegido. ¿Por qué él y no otro? Pues Gregorio va realizando su deseo. ¿Cuál es?. Protestar, protestar y protestar. Gritar al mundo su inconformidad. Gritar al mundo la injusticia que sufrieron, ya que después de trabajar una vida entera, Gregorio tiene que comer de la basura.

    Vimos la crisis de una sociedad entera reflejada en esta familia. Sociedad que lucha por reencontrar los valores vitales que permitan recuperar la dignidad humana, y eso no es más que mantener vivo el deseo de vivir.

                                                          Ps. Ma. Nela  Dombronsky
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