Politica y actualidad

5/3/2014 - La casa está en orden

Un gesto. Un espaldarazo. Una muestra de apoyo. Un objetivo: transmitir paz y tranquilidad. Cualquier concepto vale en este caso y en esta circunstancia. Mauricio Macri estuvo ayer en la práctica de Boca. Justo en la primera después de la derrota en el superclásico. Llegó sobre el final, se metió en la cancha, saludó y caminó hasta la mitad del campo. Ahí estaba Tabárez. Se saludaron, charlaron unos minutos, fue todo. Suficiente, en realidad, aunque luego el presidente haya buscado restarle importancia a su presencia. "Quería hablar con el técnico y con algunos jugadores", dijo.

Es cierto, Mauricio Macri Boca también aprovechó para recordarles a los referentes del plantel la cena que tuvieron anoche (ver aparte). Pero no fue casual el momento de su visita. El presidente es consciente del peso de su imagen y del golpe de efecto que podía generar. Aunque en Tandil visitó al plantel para conversar por los premios, hacía mucho que no iba a un entrenamiento en La Boca. Tal vez porque tampoco fue muy necesario en este último tiempo. Entonces, casi no quedan dudas de que su intención fue poner la cara él también en un día que se suponía difícil para Tabárez y para todo el equipo. Sobre todo para el Maestro, cuestionado antes del 0-3, más expuesto después. Y aunque el objetivo de su presencia no fue una ratificación, sí al menos quiso que Tabárez se vea acompañado por el máximo dirigente del club. Algo que no está mal ante tantos rumores.

—¿Quiso darles tranquilidad al entrenador y al plantel?

—No, al contrario. Ellos me dieron tranquilidad a mí. Están bien.

—Muchos pensarán que vino a respaldar a Tabárez porque su continuidad está cuestionada.

—Eso sólo lo puede plantear alguien que no entiende cómo se trabaja en Boca.

—¿El técnico le dijo algo, le agradeció la visita?

—¿Por qué me la va a agradecer? El no necesita ningún signo de confianza mío. Está muy tranquilo. Además, conoce lo que es Boca antes que yo, porque estuvo antes de que yo llegara.

En fin, en todo momento Macri se mostró distendido y transmitió calma. En los pocos minutos que estuvo durante la práctica, hasta despuntó el vicio pegándole a la pelota, un síntoma de su estado de ánimo y del espíritu de su visita. Y luego, ante la pregunta directa, fue claro. "¿Si me preocupa algo? No, nada".

—¿La falta de gol tampoco?

—No, con estos delanteros ganamos la Copa. No se puede ganar siempre, hay momentos en que la pelota no entra. El fútbol es así. Ganamos dos Copas por penales y ahora, de golpe, pateás y la pelota se va medio metro afuera...

Otro tiro en favor del Maestro. Como para dejar bien claro que confía en su trabajo. En ese sentido, al plantel en general también se sintió apoyado con la visita del presidente. "Fue algo que salió de él y nos hace bien para sentir que estamos juntos", sostuvo Abbondancieri. Igual, el Pato reclamó un poco más de mimos. "Sería bueno que estuviera así como hoy (por ayer) un poco más, pero él se debe a sus responsabilidades y no tiene por qué estar con nosotros a cada rato". Pasó River, se habrán movido las estanterías, pero la casa, por ahora, está en orden...
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