Papá, hazme cosquillas
Papá, hazme cosquillas
me dijo - con una sonrisa cómplice y pícara-
y a unas cosquillas suaves y acariciadoras,
unas exageradas risas y un grito sarcástico,
¡un beso, un beso¡
qué complicidad en el afecto,
qué dulzura de sentimientos,
qué amor más profundo y sincero.
Vengan todos los poderes, honores, dineros,
apegos a superficiales y efímeras glorias
y se comparen con unas sencillas caricias,
la sonrisa cómplice de su amor y agradecimiento.
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