
Las plantillas deben ser siempre prescritas por un médico tras el diagnóstico de un determinado problema del pie en un paciente concreto y deben ser realizadas de forma individualizada en cada persona.

El uso de plantillas estándar no suele dar buen resultado, incluso puede agravar el problema.

Las plantillas deben poder utilizarse con cualquier calzado y caber adecuadamente en el zapato de manera que no hagan que el pie se encuentre estrecho en el zapato ni que éste sea tan grande que se puedan desplazar dentro del mismo.

No deben estorbar y deben pesar poco para facilitar su uso y ser lavables