Nada como mirar las margaritas desde arriba, sentir que muero al recorrerte, al conocer tu gente, tu vino y tu crueldad. Empecé ésto que dice ser, aunque de incierta verdad, otro sitio. Para que veas lo distinta que pueden ser las miradas, para ajusticiar la nada, para la miseria, para la paradoja sin soja y porque si.
Y no fue mas que una idea concebida en lo mas alto para nacer desde abajo, cual plantita en la intemperie, presa del tiempo en contra y a favor, de oscuros pensamientos, de tristes esperanzas.
Ahora, calmo, callado, lento, irremediablemente, pergamino desde bajo la tierra se empieza a revelar como la humilde obra que ocupará la inmensidad de la llanura y más.
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