La videncia y los videntes

Una consulta tradicional mediante el tarot con visa

En el moderno sistema de consultas de tarot han aparecido fundamentalmente dos formas de establecerlas: el tarot 806 y el tarot con visa. Este último sistema nos lleva a analizar las diferencias de planteamiento entre lo tradicional y lo moderno.

El sistema 806 de pago por minuto es el acorde a nuestros tiempos...,uno llama y puede colgar al momento si no le gusta lo que dicen. Eso obliga a un planteamiento de satisfacer el gusto caprichoso del consultante, de atender a lo que quieren que le digan y a inventar diferentes triquiñuelas a fin de "alargar la llamada" como se dice en el ramo.

Por otro lado el pago con visa nos plantea una formula más acorde al sistema tradicional. Uno escoge al profesional tras una cuidadosa reflexión, paga por adelantado y se apresta a tener la experiencia de la consulta aceptando tener todo un tiempo por delante para que surjan las respuestas...le guste o no le guste.

Dado que eso exige un acto de mayor confianza, nos obliga a tener un planteamiento a la hora de buscar una consulta más acorde a la vida real. Existen muchas ofertas pero tendremos que saber seleccionar la que consideremos más adecuada...,y luego una vez pagado por adelantado aceptar que la consulta que tengamos es la consulta que teníamos que tener.

Es el debate entre comida rápida y comida artesanal.

Escoger un tarot

Todos deseamos encontrar el mejor tarot a la hora de realizar una consulta de tarot. Esto es lógico, pero debido a la enorme oferta de mercado nos encontramos con que para elegir tendremos que conjugar sentido común e intuición, suerte y algo más para encontrar un servicio de mínima calidad. Y es que el mercado promete mucho, pero en realidad luego cada uno tendrá que buscar la calidad entre tantos voceros.

Como nos dice Antonio Machado,

Pero si os place amar vuestro poeta,
que vive en la canción, no en el retrato,
¿no encontraréis en su perfil beato
conjuro de esa fúnebre careta?

Buscad del hondo cauce agua secreta,
del campanil que enronqueció a rebato
la víspera dormida, el timorato
pausado amor en hora recoleta.

Desdeñad lo que soy; de lo que he sido
trazad con firme mano la figura:
galán de amor soñado, amor fingido,

por anhelo inventor de la aventura.
Y en vuestro sabio espejo —luz y olvido —
algo seré también vuestra criatura.