La videncia y los videntes

El tema del futuro

Hablar del futuro, de preguntar por mi futuro, puede hacernos pensar que es un asunto irracional, prohibido para una persona sensata. Sin embargo nuestra imaginación está ahí para imaginar los futuros posibles, nuestro presentimiento nos ofrece sensaciones de proximidad, de señales de lo que puede llegar  a ser.

Forma parte de nuestra propia naturaleza.

Pero el futuro es diferente
al porvenir que se adivina lejos,
terreno mágico, dilatada esfera
que el largo brazo del deseo roza,
bola brillante que los ojos sueñan,
compartida estancia
de la esperanza y de la decepción, oscura
patria
de la ilusión y el llanto
que los astros predicen
y el corazón espera
y siempre, siempre, siempre está distante.

Pero el futuro es otra cosa, pienso:
tiempo de verbo en marcha, acción, combate,
movimiento buscado hacia la vida,
quilla de barco que golpea el agua
y se esfuerza en abrir entre las olas
la brecha exacta que el timón ordena.

Profesionales y no empresas

Uno de los males de nuestros tiempos, y que se refleja lógicamente en las consultas de videntes, es la ausencia de individuos. Cuando uno busca videntes profesionales espera encontrar una persona que se haga cargo de lo que ocurre, de su trabajo. No esperamos un servicio anónimo empresarial que gobierna a un conjunto de trabajadores tambien anonimos y facilmente sustituibles (peones), y cuyo único criterio es la maximización de beneficios.

Así que las ofertas de mercado de videncia nos muestran ese signo de nuestros tiempos en los que gran cantidad de actividades han pasado del individuo concreto a la abstracción grupal de una sociedad. Eso permite que nadie se tenga que hace responsable, eso permite que se puedan hacer mil cosas pensando no como individuo, como persona, sino como maquina ajustada al fin económico.

Mientras exista el control de corporaciones, sociedades anonimas, de entidades abstractas que sólo rinden cuentas al dinero...mientras no hayan individuos a los que señalar claramente...seguiremos cayendo en este error cognitivo. Seguiremos pensando que es el hombre el que hace eso o aquello, y no fulano o mengano.

Son individuos los responsables, no abstracciones juridicas.