Visión de vida

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Calidas palabras para Cristina Sanchez

Publicado el 5/7/2011 a las 12:01 PM

Estas fueron las palabras de Milton Marangon, a través de  Cristina Sanchez, y en el marco de la experiencia comunitaria de Colaboradores de la Fundación Corriente Calida Humanística.

 “Esta experiencia con los chicos del merendero fue un puntapié para mí a la hora de conectarme con las demás personas, en especial con mis seres más cercanos. Disfrutar de los seres que nos acompañan en este corto e intenso camino que es la vida es otro de las grandes recompensas que uno mismo puede darse. No esperando nada del resto y disfrutando de cada experiencia que nos toque vivir.

Dar amor en todas sus formas y matices, creo que es la verdadera felicidad, es aquello a lo que me dirijo y que quiero para mi vida. A partir de ahora mi Visión de Vida es que volvimos a esta vida a dar. No sirve guardarse nada para uno porque hacer la diferencia es sacar todo de adentro y darlo. No esperar nada a cambio y encontrar la satisfacción al hacerlo.

 Cuando uno logra sentir que da sin esperar nada es el momento es que uno comienza a disfrutar del resto. Se permite aceptar a uno mismo y en consecuencia se posibilita aceptar al resto tal cual son. Uno da sin esperar nada a cambio y termina recibiendo mucho más de lo que dio. Me siento bien por haberme permitido vivir ésta experiencia ya que me posibilita hoy a hacer las cosas de una manera diferente.

Aprendí el significado de dar sin esperar nada a cambio. Es reconfortante y al mismo tiempo asombroso. Creo sinceramente que la felicidad no es no tener momentos difíciles, sino que es la posibilidad de atravesarlos a pesar de nuestros miedos y así permitirse disfrutar de los momentos lindos y maravillosos de la vida.

Gracias Cristina Sánchez y a la Fundación Corriente Cálida Humanística por esta posibilidad maravillosa que viví! El abrazo de un niño, un dibujo, un te quiero o una pequeña sonrisa son tan gratificantes que hace sentir a uno que lo que le dio a cambio a esa personita fue poco en comparación. Es ahí cuando comprendí que ese ser que me dio a mí esa satisfacción no esperaba nada a cambio o que ese vínculo que se generó entre los dos fue puro. Mi experiencia comunitaria en el merendero Pro-Vida fue muy linda y constructiva.  


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