Cristina Sanchez junto a la Fundacion Corriente Calida y Humanistica | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Experiencia Comunitaria de Julieta Kapustiansky¿Cómo recordar la cruzada a chaco 2010 sin que se me dibuje una sonrisa en la cara? Voy a contarles mi experiencia, aunque no creo que me alcancen las palabras, cuando lo que me desbordan son miles de sentimientos. Yo nunca había hecho trabajo comunitario; a raíz de un taller de liderazgo que realicé comprendí el valor que tiene realmente. Iban pasando los días, la casita se iba llenando y fui convocada para viajar!!! Que alegría!! Que miedo!!! Dije siiiiiiiiiiiii!!!y jamás me arrepentiré; lo allí vivido deja una huella en mi, imborrable; fue un viaje maravilloso, con gente hermosa. Partimos de Buenos Aires el 26 de julio de madrugada, 2 camiones, 3 camionetas ,1 auto; cargados de mercadería y sobre todo amor, ganas de ayudar, de hacer diferencias. Después de horas y horas de viaje, mate, risas, charlas, llegamos al impenetrable, allí estábamos! parecía increíble ver todo lo q habíamos logrado ¡! No voy a detenerme en contar paso a paso lo q hicimos, sino lo que sentí. El trabajo en equipo fue impecable, liderados por Cristina Sánchez. Todo salió sobre rieles, cada uno cumplió su función sin quejas, sin no puedo, era maravilloso ver como cada uno sacaba lo mejor de si, sin importar el cansancio, el hambre o el calor, todos teníamos el mismo objetivo…que todo salga perfecto! y así ocurrió. Repartimos comida, ropa, herramientas, semillas a los lugareños que nos miraban extrañados, no parábamos un minuto de trabajar, siempre cantando, haciendo chistes, para que las horas de espera fueran más amenas. Después de una semana de arduo trabajo en este viaje, la misión estaba cumplida, mi corazón se desbordaba de sentimientos encontrados, por un lado, el placer de haber cumplido, por otro una pregunta que rondaba en mi cabeza….realmente ayudamos?? Hicimos la diferencia??? Cuando se les acabe las provisiones que les llevamos que pasara??? Fue duro ver como viven allí ,es extrema la pobreza y la desilusión que se ve en los ojos de los lugareños, es realmente de tanta la necesidad….. Cuando pude ir digiriendo todo lo que viví, lo que vi, me di cuenta que si, que habíamos ayudado, que hicimos la diferencia, porque demostramos que se puede, que hay gente que da, sin esperar a cambio, que no fuimos por un voto, por una propaganda, fuimos por el simple echo de dar, de ayudar y ellos lo vieron, lo sintieron, lo vivieron. Así que cuando se acaben las provisiones, ellos tendrán aun nuestro calor, nuestros abrazos, nuestras sonrisas, nuestras ganas de dar mas!! Y así será, porque volveremos, con mas mercadería y sobre todo con mucho pero mucho amor!!! No puedo terminar este relato sin agradecer a Cristina Sánchez, quién siempre nos cuenta de su Visión de Vida y a todos mis compañeros de esta experiencia maravillosa, qué sin duda marco un antes y un después en mi vida.
Experiencia Comunitaria, hoy Horacio Vilor.Que larga se hace la espera del miércoles, día de mi partida.- Debo dejar preparado todo en mi trabajo para partir rumbo a Chaco.- Esto pasaba por mi cabeza antes de comenzar el viaje al Impenetrable…-Mi decisión de joven de conocer toda la Argentina hizo que en mis viajes conociera palmo a palmo nuestro territorio salvo la zona del impenetrable.- ¿Qué paso? ¿El universo conspira para que en casi 50 años de recorridas conociera toda la geografía argentina menos la de esta zona? ¿Qué motivos habría para conocer este lugar en Julio del 2010? Ahora lo sé, mi experiencia de vida más importante se viviría en esa tierra de monte cerrado, seco y salvaje.- Mi corazón se abrió como nunca cuando conocí sus pobladores, sus costumbres, su naturaleza, sus necesidades y sus esperanzas.- Entré a la zona por el sudeste chaqueño y comencé a transpirar sus caminos de líneas rectas que hieren los montes milenarios de quebrachos, espinillos, palos borrachos y algarrobos. Cada tanto un puente sobre el lecho de un río seco, algún pueblo peleando el lugar al monte para no desaparecer. Mas al noroeste, casi cayéndome al Bermejo un cartel me anuncia: “TRES POZOS”, recorrí sus calles y apenas encontré un niño para preguntar por el próximo pueblo: “derecho para aiá” me indicó y me dirigí rumbo a “El Tartagal”. A poco de andar reconocí un camión que días atrás ayudé a cargar, Le hice señas, lo paré y se bajaron a abrazarme. Que lindo haberme encontrado amigos tan lejos de nuestros pagos.- Me indicaron donde quedaron los integrantes de la Fundación y apuré el paso. Llegué a ese pueblo y con sorpresa encontré mucha gente caminando por sus calles. ¿Qué pasó? ¿De dónde salió tanta gente en este pueblo, si nada tiene de distinto a los demás? Hasta allí había llegado la Cruzada llevando toneladas de amor en sus camiones. Venían desde Fortín Belgrano librando la batalla. Los chicos jugando y eligiendo su calzado, la sala de primeros auxilios seguía vacía esperando su turno para que la llenen.- La gente con bolsones volviendo a sus ranchos y los voluntarios haciendo su tarea, trabajando sin parar casi no advirtieron mi llegada.- Los abracé, me recibieron con alegría y me sumé a la misión con nuevas fuerzas para renovar las ganas de seguir pese al cansancio de todo el día sin parar. Hicieron una pausa, me sumaron, Cristina Sánchez y los voluntarios me transmitieron la labor de varios días. Se los veía felices, estaban cansados y contentos. No entendía esa realidad, mas tarde la entendería- Ayudé a terminar antes que el sol se perdiera sobre el río y rápido partimos a Tres Pozos, ese desolado paraje que horas antes había conocido de pasada.- Llegó la hora de cenar, de compartir y todos estaban felices, cansados y vitales, cargados de compromisos y listos para cumplirlos, Una rara sensación de placer y agotamiento los invadía a todos y yo seguía sin entender.- Al alba empezó mi posibilidad de entender, sentí la necesidad de brindar todo lo que podía sin retacear nada. De esta manera se me consumió el día subiendo, bajando, trayendo, llevando, sumando diferencias una tras otra, hasta sentir el corazón tan grande que parecía no caber en mi pecho. ¿De dónde salía tanta gente si ayer mismo parecía un pueblo desolado? ¿Qué habíamos logrado en ellos que nos hacían sentir tanta felicidad? Ahora entendía a mis compañeros.
Jamás olvidaré esta experiencia única, extraordinaria y maravillosa. Jamás olvidaré las miradas, las manos y los rostros de esta hermosa gente que parece detenida en el tiempo y sin sueños que realizar. Sólo aquellas vivencias que se sienten en el corazón perduran para siempre y nos acompañarán hasta el fin de nuestros tiempos.- Dijo un gran poeta de nuestra tierra: “Lo que d’entra a la cabeza, de la cabeza se va, lo que d’entra al corazón, d’entra y no se va mas” Desde que volví del impenetrable ya no soy el mismo. Una necesidad de compartir con el que te requiere me surge siempre y con esta práctica, se llena de vida mi corazón.- Fortín Belgrano, El Tartagal, Tres Pozos y todo el impenetrable, habían llegado a mi vida en el momento justo.- Gracias a Cristina Sánchez de Fundación Corriente Cálida Humanística por darme la oportunidad.- Siempre recordaré esta experiencia de vida que solo se aprende con el corazón.
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