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Publicada por: Sofia Andrade | Quito-Ecuador | 31 de Enero de 2011 | 6:39 PM

TODAVIA TE AMO



Han pasado varios años aun asi quiero escribirte por que siento que todavia te amo y no dejo de pensar en ti, necesito tanto verte, escucharte, sentirte tan cerca de mi.....muy pronto serà tu cumpleaños y yo no estarè a tu lado como aquella vez, aquel dìa en que me sumì en ti y fuimos uno solo.
me haces falta quiciera que esta carta cayerà justo en tu cama para que la leas y tengas la esperanza que todavìa hay algo, te amo tanto mi muñeco, te amo tanto
......aveces pienso que fue el destino quien nos puso un alto....un tèrmino tan doloroso porq nuestro amor fue ùnico.....recuerdo todo de ti, parece que fue ayer cuando caminabamos y nos escondìamos de mis padres para poder vernos.....el amor màs increible que vivì, que soñè y que probè, te amè te amè mas que a todo....tengo algo tuyo lo sè vive tan dentro de mi...y son todas las cosas que me regalaste, sabes que aun tengo tus cartas tus cosas tu mirada, sè que esto serà tan dificil de borrar pues tu supiste quererme y amarme como soy, no quiero que sea una despedida porq estoy segura que nos volveremos a ver, y me conformarè porq sè que no te volverè a tener no volveràs a ser mio....
nunca te olvidarè. nunca te olvidarè porq nos separaron de una manera tan injusta, lo lograron y aunq los dos estemos tan acompañados apraentemente pero tan solos...tan enomarados de un amor tan imposible por diferencias sociales, maldita sociedad te verè en la calle y yo por dentro de la ventana de mi casa amàndote como siempre, recuerdo que doloroso era cuando me decias que yo soy la princesa y tu el bagabundo..........palabras que marcaron mi vida pero no el amor que siempre te tendrè.....
no te olvidarè.......Y SIEMPRE TE AMARÈ Roberto Carlos

De: tu princesa

Publicada por: Antonio M. Espinoza. | Culiacàn, México | 30 de Enero de 2011 | 1:59 AM

Para Maeli Zulaí Sotomayor Obeso



Espero que después de todo este tiempo que ha pasado te encuentres bien, yo en realidad estoy tal vez un poco decepcionado por todo lo que pasó, pero bueno. Comienzo escribiéndote el final. Quizás esto te parezca algo exagerado por la cantidad de páginas que te escribí, pero en cada una de estas hojas te dejo escrito lo que siento en este momento. Espero que leas esto completamente y no lo dejes para después continuarlo y para cuando hayas terminado de leerlo, espero que hayas entendido lo que te quise decir.
Esto debe ser una de las cosas que más me costaron y dolieron hacer en todo este tiempo. Hay cosas que creí que no volverían a pasarme, porqué creí saber mucho acerca de esto del amor. Creí saber lo suficiente como para no equivocarme. Sin duda, es evidente que tengo que aprender que en esto del amor las experiencias a veces no sirven de mucho. Uno vuelve a caer una y otra vez en los mismos juegos, en las mismas trampas. Y lo peor de todo, que al darnos cuenta de eso a uno lo hace sentir como un tonto. Quisiera decirte tantas cosas. Lamentablemente no me queda nada más que dejarte mis palabras en un papel que ni el ni yo entendemos bien que es lo que pasa. Quizás critiques el medio. Pero la única razón es porqué no podía hacerlo de otra manera. Si tal vez me vieras ahora lo entenderías. Yo soy siempre el que aconseja a todos en temas del amor. Conozco muchas situaciones diferentes. Muchas que me tocaron vivir a mí, y situaciones que particularmente me hicieron tocar a veces no sé si el fondo, pero era demasiado hondo para mí. Otras que le han pasado a mis amigos y amigas y nunca término de sorprenderme. Pero hoy tengo que decirme todas esas cosas que yo dije a mis amigos y amigas, y hasta a mi mismo. Porqué simplemente no tengo con quién hablarlo. Tal vez por orgullo, y quizás también por vergüenza. Evidentemente algo se nota en mí, no puedo disimularlo. Porqué por esas cosas raras que tiene la vida, más que nunca estoy rodeado de mis amigos. Más que nunca me preguntan que me pasa estos últimos días. Que si dónde dejé esa felicidad que tenía no hace mucho. Donde dejé ese brillo de mis ojos. Donde dejé las ganas de pasarla bien con ellos. Me preguntan que si porqué no fui esta vez a verte. No son tontos, me conocen. Algunos lo suficiente como para darse cuenta cuando les hablo porqué también se me nota al hablar. Me duele tener que mentirles cuándo me preguntan ¿cómo estás?, y yo les digo, muy bien. Digo con mi mejor cara cuándo no puedo disimular este dolor que a veces creo que podría matarme. Pero mucho más duele saber que ellos se dan cuenta, que es casi todo lo contrario lo que digo. Pero así son las reglas, y así es la tristeza. Yo siempre he dicho, prefiero un dolor agudo y corto, a uno largo y suave. Ahora solo tengo que esperar que llegue la hora en que todo pase por fin y volver de nuevo a empezar. Tal vez un poco más fuerte, porque eso es lo que dicen, lo que no te mate, sólo te hace más fuerte.

Ya te imagino leyendo esto. Pero no te equivoques, ser fuerte no significa volverse insensible o frío. Eso es volverse cobarde. Qué es muy distinto a ser fuerte. Yo podré ser muchas cosas, pero no un cobarde. Siempre digo a los demás, Hey… la vida sigue, el planeta sigue dando vueltas, no te puedes quedar ahí sentado porqué estás mal. Es más, creo habértelo dicho en alguna ocasión cuando éramos amigos, tu buen amigo que siempre intentaba de alguna manera hacerte cambiar las tontas decisiones que tomabas sólo porqué sí. Pero que difícil es seguir viviendo cuándo estás atada a algo y eso que te ata resulta ser algo que amas con más fuerza de las que tienen tus piernas para caminar. Ahora aprendí que tendré que tener cuidado la próxima vez que diga esto. Pero bueno, en honor a lo que les enseñé a muchos, tendré que sacar esas fuerzas. No sé de donde. Una manera fácil de hacerlo sería ponerme algo de odio o ira. Eso sería lo más fácil, claro que sí. Pero sería una actitud cobarde. Y creo que te acabo de decir que eso es algo que no soy. Así que tampoco puedo hacer eso. ¿Sabes algo? Creo que la única forma que me queda para salir de esto es sin mentir. No voy a salir a decir que no te amo, porqué es mentira. Y creo que ya me mentí conmigo mismo al estar contigo. Y al parecer así fue. No más mentiras. No más engaños. Solo la verdad. Y que sea tal vez lo que Dios quiera.
No voy a decirte que no te extraño, porque me muero de ganas de estar contigo. Tampoco voy a decirte que no te necesito, porqué me haces falta, y tal vez más que nunca. No voy a decirte que no quiero llamarte, porqué me pongo nervioso cada vez que tengo el teléfono en mi mano y mis dedos se van buscando tu número y se me congela la sangre al escuchar que me llega un mensaje y al revisarlo darme cuenta que no es tuyo. Tampoco voy a decirte que no quiero que me llames, porque en lo primero que pienso cuando suena el teléfono es en ti. Y para que mentir, si no puedo. Se me nota. Es algo que no puedo hacer. Lo lógico, es que tenga que decirte todo lo contrario para hacer las cosas un poco más fáciles. Pero hay algo más importante que mi orgullo, lo que te prometí.

Prometí no mentirte. Prometí amarte mientras yo respire y eso me juego en contra ahora. Porqué podría dejar esto por el camino más fácil de no haberte prometido algunas cosas. Pero lo hice. Y a pesar de que podría quitar esas promesas, no puedo. Porqué no te voy a dar la posibilidad de que me digas: no cumpliste o me fallaste…eso nunca. No es que me arrepienta. No… para nada. Uno promete algo cuándo está seguro que puede cumplirlo. Y si de algo estoy seguro es de mi palabra, de mis promesas. De lo que te dije esa noche mientras me pedías que no te mintiera como muchos (o todos) lo hicieron antes. De las millones de palabras que creo haberte escrito, estas serán las ultimas que irán a ver tus ojos. Porque son las más sinceras. Pero también las que más me duelen. Porque a pesar de todo, la verdad duele. Más aún si tienes que imaginarla. Peor aún cuándo eso que imaginas termina siendo verdad, aún cuándo te dicen que eso que pensaste eran tonterías. Déjame decirte algo… a veces las tonterías terminan siendo reales. Ojalá y algún día entiendas que todo fue verdad. Puedo entender que estás confundida. Que te dijeron algo y que te cuesta creer, puedo pensar en eso. Te cuesta confiar porque te traicionaron de la manera más horrible, de la manera más cobarde, y de la manera más tonta delante de tus ojos. Entiendo muchas cosas y más de las que crees. Pero no entiendo las mentiras. Tus mentiras.

No te pedí que me amaras. No te pedí que me quisieras. Nunca te pedí que me extrañaras. Solo te pedí que conmigo nunca fueras falsa. Te pedí que fueras sincera. Te pedí que nunca me fallaras. Pero no pudiste cumplir con eso. Tu defensa sería ahora: tú sabías en lo que te metías, tú sabías como era yo. Si, lo sabía. Pero las reglas fueron simples y claras. De repente todo se llenó de dudas, y de excusas, y al final, después de todo, no tengo idea que hubo de real en lo que no sé si fue o no fue. Porque ya te lo dije una vez: lo que se basa en mentiras nunca es. Nunca existe. Le pongas los colores que le pongas. La excusa que quieras ponerle. Te duela o no, es algo que algún día vas a tener que aceptar. Aunque duela. Porqué no te voy a decir que no duele aceptar algunas cosas.
A veces ves más allá de eso, y todo eso lastima. Te dije que me sentía que estaba en medio de ti. Me dijiste que “No, no es así… yo quiero estar contigo”. ¿Sabes?, la historia sigue. Yo encontré mi lugar, y casualmente termina siendo el lugar que dije que era. Pero ahora ya no estoy en el medio. Me corro yo mismo de ahí, mejor dicho, me corriste al elegir como te lo dije la última vez que tuvimos comunicación. Por fin ese día entendí cuál era mi lugar. Ese día comprendí que todo lo que hacía no era nada. No significó nada. Fue simplemente nada. Sentí desprecio en su más dura expresión por todo lo que pasó. Me sentí que fui usado y burlado, y en una persona como yo, duele, no me gusta nada. No fue fácil sentir eso y creo que es lo último que una persona quisiera sentir. Al menos yo personalmente. Pero con tu actitud lograste demostrármelo claramente y de la peor manera que podías hacerlo. Todo con tu decisión, que por supuesto, ya la habías tomado desde antes, sólo que de alguna manera la soporté. Y te oculté lo que sentí, por no hacerte sentir mal. Claro,.. Como si fueras a sentirte mal. No sé en verdad si jugaste o no conmigo. Si me usaste o no o lo que sea. Quisiera creer que no. Pero la realidad me demuestra otra cosa. Tus palabras: “no quiero hacerte más ilusiones”, “la verdad sólo te tengo cariño”, “yo sólo te puedo ofrecer mi amistad” lo dicen claramente. Y yo de tonto no quise entender. Perdóname, ¿sabes?, debí haberte echo caso. Claramente lo dice una canción. El problema no eres tú. El problema tal vez sea yo y mi problema de amor. Mis ilusiones y mis sueños.

Esas cosas a los que no se animan muchos. La mayoría porqué tienen miedo, aunque digan que no le tienen miedo a nada. Sin embargo suelen ser los más cobardes porqué le tienen miedo a lo más elemental: al amor. Y de ahí, para arriba no hay nada a lo que le puedas temer.

Y ahora ya me tengo que ir. Tengo que hacer un poco de fuerza y mañana ir a la escuela, es la 1:47 a.m. necesito levantarme y comer un poco porque no cené. Tal vez me ayude a subir algo de peso. (Supongo que algo bueno tenía que tener esta carta) después de todo: “no hay mal que por bien no venga”. Y vaya, el mundo se me escapó de las manos y para mañana tengo que ir detrás de el, alcanzarlo y ponerme de nuevo en mi lugar y dejar algunas cosas atrás. Entre ellas… tú. En realidad duele, duele desprenderse de algo que amas con todas tus fuerzas. Pero tal vez sea algo necesario. El tiempo lo dirá. No quisiera hacer esto, pero sólo me voy a llevar algo que un día dejé en tus manos sin que me lo pidieras, por eso no puedo reprocharte nada, es mi corazón. No es que no quiera dejártelo, ojalá y pudiera estar contigo para siempre. Pero es como que necesita algo de arreglos… ¿sabes?,.. Como explicarte,.. Necesito cuidarlo un poco para que se recupere, para que sane y vuelva a latir. Y vuelva a ser el de antes. Necesito ponerle esas alas que tal vez sin querer le arrancaste en un descuido. Necesito hacerle entender que no es que seas una mala persona. Necesito explicarle que la personita que conocimos está escondida detrás de algo que no podemos quitar. Y aunque yo quiera ir y romper eso, no se puede. Tengo que recordarle que te prometimos no lastimarte. No puedo obligarte a salir de esa decisión si no quieres, aunque por dentro tengo la extraña sensación de que si quieres, porqué alguna vez me dijiste “te amo”. Dos palabras que no puedo arrancar de mi mente. Dos palabras que no puedo olvidar. Y jamás voy a olvidar. Porqué laten y se grabaron en mí, sólo porqué creo que es la única vez que me dijiste la verdad. Pero lamentablemente no estás dispuesta a enfrentarlo. Lo siento… pero supongo que sabrás entender. Y ahora tendré que ir a dormir… y ya se me está haciendo más tarde, el mundo sigue dando vueltas. La verdad, que fue un gusto enorme conocerte, de verdad. Mucho más maravilloso fue amarte y tenerte conmigo un tiempo.
Como alguna vez te lo dije, me haces sentir chiquito a tu lado…. y a la vez el hombre más afortunado y grande del mundo. Claro, tal vez no me creíste… Supongo que pensaste que fue otra cursilería más. Ya no importa. No tenías porqué hacerlo. Es demasiado lindo, es demasiado tierno que te digan eso. Y esas cosas son como que le tienes temor. Mira, vas a terminar de leer estas líneas y vas a entender que no miento. Que fui sincero y lo que siento y lo que me pasa hasta hoy lo puedes ver. Lo estuviste viendo sin darte cuenta. Sin quererte dar cuenta.
Te quedaste en algunos detalles negativos que no me diste oportunidad de cambiarlos, de acomodar. Pero bueno, es lo que tú elegiste para tu vida. Ojalá pudieras ver el otro lado de las cosas. Ojalá pudieras. Ahora te estoy hablando con lo poco que queda de mí. Nunca hubo cosas que te dijeron que había. O que te inventaste tú misma no se para qué. Tal vez… para buscar una excusa? Ahora ya no cuenta, no te preocupes, ya no importa, no voy a meter aquí todo lo que te dijeron tal vez tus “amigos”… Para qué… no vas a entender nunca lo que tienes que entender hasta que una verdad te lastime, y espero no estar ahí cuándo eso pase. Y ahora, antes de irme, si me lo permites quiero devolverte algunas cosas y tal vez quedarme con algunas:

Te devuelvo esos pensamientos que pusiste en mi cabeza. También los que vas a poner. Cosas que ni pasaron, no pasan y tampoco van a pasar. Yo me quedo con lo que creo que es verdad. Te devuelvo las mentiras que no te pude creer. No las quiero. Me quedo con los hechos que hablan de ti por si mismos. Te devuelvo mis ilusiones y planes de presentar a la chica que había aparecido en mi vida a todos mis amigos. Te devuelvo tus ojos, los más bellos que nunca tuve. Me quedo tan sólo con algunas de tus miradas. Te devuelvo mis ganas a que empiece la semana para para poder verte. Te devuelvo mis ilusiones de ir a desayunar nuevamente juntos, de irte a buscar y abrazarte. Te devuelvo ese “encuentro imaginario” que siempre tuve. Te devuelvo mis planes para cuando estuvieras acá compartiendo mucho de lo que tenía para ti, cuando no pudiste entender en realidad que mi vida está aquí, no en otro lugar. Me quedo con la primera vez que te conocí, por cierto, un día muy especial. Tal vez algún día sepas porqué. Y vas a entender lo que son las personas a las que tú llamas amigos y dices que quieres mucho. Y porque a veces te celaba con determinadas personas. Te devuelvo mis pensamientos de “la veré o no esta vez” cuándo iba viajando hacia tu casa cada vez que iba. Me quedo con tus palabras ofensivas que me hacían reír y alegrarme, y que pensaste que yo pensaba que eran insultos por tu manera de expresarlas. Me quedo con esas despedidas que duraban hasta que obscurecía. Me quedo con esos largos y lindos momentos que a veces me dejaban sin aire. Te devuelvo mis ganas de algún día ayudarte con lo que me pediste. También te regalo todo ese tiempo que ahorré para poder hacerlo. Te devuelvo todos los líos que tenía que hacer para llegar a tiempo a tu casa y que a lo mejor se te hacia igual que no fuera. Me quedo sin una canción para los dos. Aunque tengo muchas que me recuerdan a ti. Especialmente dos. Te devuelvo el “no me llames más”. Te devuelvo las pocas historias que te conté mientras parecía que no me escuchabas o estabas en otro lugar. Te devuelvo las lágrimas que no lloré mientras te ibas a otro lado. Te dejo una canción The Promise de When In Rome. Te dejo otra canción: November Rain de Guns & Rosses. Te dejo mi deseo de que seas feliz. Te dejo mi oración a Dios para que otro te pueda ver como yo te veo y amarte como te lo mereces, y que pueda hacerte feliz. Te dejo un grito que siempre quise soltar frente a ti: TE AMO. En el que queda toda mi voz sonando. Te dejo el chocolate que quise darte ese día, sin saber que eras alérgica a el y que mejor me lo guardé para después. Te dejo una sorpresa que quería darte, algo que me pedías y que querías, lo que necesitabas para tenerme todos los días, mi fotografía. Te dejo mi amistad, de esas que no creo que tengas, me digas lo que me digas. Te dejo mis ganas de cuidarte. Te dejo mis celos, celos tontos que no eran de desconfianza. Celos que no supiste entender que causabas y después no te los aguantabas.
Te dejo todas las lágrimas que derramé mientras escribía estas líneas. Te dejo mi falta de aire, el dolor que en este momento siento, el dolor. Mi coraje. Todo te lo dejo aquí. Y me quedo con lo que no puede dejar de sonar en mi alma, dos palabras: “te amo”, que alguna vez me dijiste de verdad.
Adiós mi princesa….

PD: Hubiera querido regalarte tres rosas cuando fuera a verte en esta ocasión… pero es otra de las cosas que me guardo para mí… Pero no importa, igual y no te hubieras acordado de mí.
Con cariño:

◦ José Antonio Morales Espinoza ◦
Parece que después de todas estas lagrimas estoy un poco mejor…. Sentía la necesidad de escribirte todo esto y que este papel estuviera dedicado a ti. Al final tú estás feliz y eso me alegra enormemente…. Aunque no sea a mi lado. Te quiero.

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