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Publicada por: Arelis | San Felipe, Venezuela | 24 de Enero de 2011 | 4:40 PM
Un poco de mi... para ti.
Un poco de mi... para ti. Por José Gregorio Salis No me creo bueno manejando las letras, quizás es mi exceso de seguridad quien te escribe combinado con aquel musculo en mi pecho que hasta hace poco creí que no se podría asociar con emociones, sentimientos o como quieras llamarlo el punto es que no se asociaría, por lo menos, en mi caso. Aprendí que una de las palabras que debes tratar de evitar pronunciar es "nunca" porque te aseguro que el destino se encargara de demostrarte de la manera más risible e inesperada su verdadero significado. Se te burlara en la cara y no habrá mucho que puedas hacer sino reírte con él. Te explico porque pienso de esta manera; desde que tengo uso de razón pensé que la palabra "amor" "matrimonio" "eterno" era nada más y nada menos que palabras reservadas solamente para cuentos de hadas, poemas de Neruda y finales de telenovelas y te lo digo de la manera más bonita. No me creí capaz de querer a alguien fuera de mi círculo familiar más que a mí mismo. Lo confieso, en cierta parte de mi vida fui un caos, como un huracán que destruye todo a lo que se le acerca y sabe que por donde pasa las cosas terminaran mal, sin embargo, aquí entra el juego de lo que Dios prepara para cada uno de nosotros y de lo que hace que la vida valga la pena. Pum! ¡Me estrelle! Primero te desorientas, no sabes donde estas parado, estas aturdido, y si, tienes miedo. Te falta algo y no sabes que es; como cuando despiertas de golpe y no sabes dónde te encuentras, todo a tú alrededor te parece desconocido y aunque muy en el fondo sabes donde estas no consigues que nada se asocie a tu realidad. Nada tiene mucho sentido. Estas solo. Llega la inercia y solo de dejas llevar por los restos de los vientos que antes eran el secreto de toda tu furia, que te daban el poder y todo lo que tu hasta ese momento creías importante. Repito, estas solo. Te conocí. Solo eras un avatar en una red social, solo eras un par de manos escribiendo mensajes, solo eras otra voz detrás de un teléfono celular. Solo eras eso. Aquí en este momento el destino sonríe y te muestra los dientes. Te queda nada de energía y solo hablas, solo escribes, no tienes nada que perder y solo te dejas llevar... Entraste en silencio, despacio, pisando fuerte muy a pesar de tus miedos y los míos, yo no sabía que hacías, tu tampoco, no sé en realidad que hiciste, ni como lo hiciste, ni siquiera por que lo hiciste, pero como me alegra que lo hayas hecho. Quede rendido a tus palabras, a tu voz, a la forma tan terriblemente bella como me hacías ver las cosas. Me analice me dije que eras producto de un enamoramiento, que nada de lo que siento puede ser real, me mentí a mí mismo y culpe a la endorfina en mi cabeza aunque sabia en el fondo con una celestial seguridad que no era así. Que eras tú. Algo más allá de todo entendimiento me susurraba al oído que eras tú. No daba tregua a mi conciencia y estaba día y noche diciéndome que eras tú. Esa bendita voz. Me rendí y deje en tus manos (sin tu saberlo) todo de mi. Pasaron los días, me reía, pasaban las semanas y estaba feliz con nuestros trasnochos y el gusto de saber que eras todo lo que no creí conocer jamás era enorme, no podía dejarte pasar, no me lo podía perdonar. Eras tú el motivo de mi felicidad. Sabia un poco de tu historia, un poco de tus problemas, un poco de la razón de tu vida (Arlam, Ashley) un poco de cada pedazo de ti. Aquí en destino se ríe a carcajadas en mi cara y lo único que le alcanzo a escuchar es: ¿Nunca? Me decidí, era ahora o nunca, las oportunidades no se pierden otro las aprovecha así pasa siempre en la vida y hasta ese momento lo entendí. Volvían mis ganas, volví a ser un huracán, pero no el mismo, toda la fuerza estaba dirigida a un punto. No era un gasto de energía, ahora era un propósito. Tú eres el propósito. Voy a mover el mundo si hace falta para verte feliz. No sería el mismo egoísta de siempre por qué dividiste mi historia en dos. No creerías lo tremendamente importante que hay que ser en la vida de alguien para dividir su historia en dos. Tú lo eres para mí. Tú lo hiciste. Te ame. Sin discusión, sin sombras ni inseguridades. ¡TE AME! Hasta hace algunas semanas pensé que no podría ser más feliz, que tenía todo el impulso que necesitaba y tenía los motivos absolutamente claros (en este momento las carcajadas del destino no dejan que escuches nada más) hasta que escuche las palabras de Ashley: "TE QUIERO" nunca en mi vida tales palabras habían producido un efecto más poderoso en mí. Era una catarsis. Era TODO, sencillamente TODO. Y en este momento las carcajas del destino mezcladas con la palabra "nunca" se cruzan. Yo José Gregorio Salis Sánchez, te ofrece su vida, su amor, sus ganas, su fortaleza, su cariño, su serenidad, su paciencia, sus virtudes, sus defectos, lo bueno y lo malo de mi y te jura con el corazón en la mano y delante de Dios que no hará otra cosa en la vida que AMARLOS esa será su misión y su prioridad. Aquí, el nunca se convierte en siempre... Yo, siempre te amaré...
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