El capricho del buen comer

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

Una mirada renovada en una arquitectura tentadora con un entorno que acompaña… todo eso tiene de bueno Malcriado, y, además, sabroso y original.

Parque Leloire siempe estuvo allí. En un momento fue refugio de casas grandes y vida tranquila, como un preludio del «irse a vivir fuera de Capital». El tiempo pasó y aunque conserva cierto lado bucólico, el corredor gastronómico y los nuevos emprendimientos inmobiliarios lo convierten poco a poco en un destino imperdible para vivir o, sencillamente, salir a disfrutar.
El materia gastronómica el desafío siempre es ganar identidad. Crear espacios que se vean diferentes, experiencias que enriquezcan en conjunto y sabores que se apropien del paladar de los comensales. Aquella idea de reconocer el sitio en la degustación del plato.
Malcriado entre fuegos y vino tiene como antecedente a Bruce Grill Station del que lo separan unos cuantos metros. Para esta nueva experiencia Marcelo Fabián Gil optó por un juego seductor que soprende de a poquito. El comensal desde que reserva su mesa hasta que sale del restaurante, vive emociones y sensaciones que ven implicados todos los sentidos.
Cuando la experiencia tiende a normalizarse en un correr tradicional, algo emerge y rompe la monotonía. Los manteles con frases, la lista de música para elegir lo que te guste y que no te pongan restricciones, el rollo lúdico de la carta para pedir el plato o los dados para ganarte premios… Todo contribuye a la creación de un ambiente donde comer es parte de toda la propuesta.

Se trata de gastronomía

Aunque se proponga un lindo juego en el enorme salón interior y exterior, con detalle puesto en la sorpresa, después de todo si la carta no acompaña, la escenografía se derrumba. Aquí se construyó con solvencia tanto el corazón de la idea como la carcaza.
El menú es un manifiesto de la rebelión de típicas recetas criollas argentinas e invita al comensal a dejarse llevar por un recorrido de platos que se sienten conocidos, pero resultan sorprendentes al saborearlos. Se destaca por contar con reconfortantes reversiones con un toque especial que le dan los diferentes métodos de cocción que se utilizan para cocinar: tanto la parrilla con 100% quebracho colorado, como el horno de barro y el disco de arado aportan un particular ahumado y tostado a todas las sofisticadas preparaciones que realiza el jefe de cocina, Leonardo Toloza.
La gran inteligencia de plantear las entradas como formas sutiles de tapeo es muy tentadora. No es posible irse sin probar la Tabla que reúne delicadezas de la casa con una mirada propia: las papas horneadas que se convierten en adicción; la provoleta con la que, además de ganar con el pesto, logran una cobertura crocante que deja el interior repleto de cremosidad; e imposible no hablar de la excelente presentación de morcilla en su sartén, ideal para no luchar con el exterior.
Los fuegos seducen desde el nombre. En uno se destacan la Chuleta de Cerdo Tom y Jerry de 900 g, y un imponente Tomahawk Steak de 1,6 kg, ambos para compartir. Con la sección de Al Disco revitalizan las raíces pampeanas y buscan traer la máxima expresión del campo a la mesa del comensal con preparaciones como una Ternerita Guisada con verduras de estación o una Bondiola con reducción de cerveza negra y puré de batatas con toffee. Por otro lado, en la sección Estamos al Horno contienen una de las estrellas de la carta: el Osobuco del Rey, con puré de papas y cebolla salteada y una Lasagna del Nene, con bolognesa, muzzarella especiada, ricota y espinaca gratinada con salsa blanca y parmesano. Además cuentan con una sección de Entre Panes con variedad de sándwiches de pan casero como de chorizo, de morcilla o de bocadillo de osobuco.
Para el dulce hay que dejarle un lugar porque lo merece. Flan Tradicional con dulce de leche, crema y caramelo, un Budín de Pan con crocante de nueces y un Arroz con Leche con canela y limón. También ofrecen Panqueques, Tiramisú o un original postre de Cheescake Vigilante: la versión del Malcriado del clásico queso y dulce, con base de galletitas, relleno de cheesecake y dulce de batata.
Hay ambiente, hay ideas, hay tentaciones y hay sabor. Una buena excusa para malcriar al comensal con todos los estímulos que se pueda.