La conquista de viajar

 

Que los sabores te llevan de viaje, que en este tiempo tenés ganas de transportarte, que el paladar es exigente y le gusta ir en primera… todo eso es Quesos Juan Grande. Una historia que empezó con un volar lejos.

Cuentan que a mediados del siglo XIX un agricultor llamado Juan Estrugamou, “Juan Grande”, partió de Charrit de Bas, en la baja Navarra Francesa, a buscar una tierra de paz y trabajo donde fundar su familia. Llegó a Argentina y se instaló en un campo de la zona de San Justo, cercano a Buenos Aires. Tras muchos años de trabajo, se transformó en uno de los mayores abastecedores de leche de la ciudad. También formó una familia a la que transmitió su amor por la tierra y las vacas.

En 1969 su biznieto, Alberto Hardoy, se instaló junto con su familia en la estancia La Eloisa en el partido de Lincoln para fundar un nuevo tambo donde desarrolló su pasión por las vacas lecheras, y demostró su capacidad para producir leche de excelente calidad.
En 2003 su tataranieto, Ignacio Hardoy, luego de dedicarse varios años a la gastronomía, se instaló en La Eloisa y comenzó a elaborar exclusivos quesos naturales con la leche de su tambo, siguiendo un detallado protocolo de control de calidad.
El actual compromiso de Hardoy y de los descendientes de aquel campesino vasco, es seguir con su legado poniendo en el tambo y en la elaboración de los quesos, el mismo amor y dedicación que él les inculcó, para ofrecer con orgullo, los quesos artesanales “Juan Grande”. El sueño de transformar esa leche especial en alimentos gourmet, el de tener una cocina propia con los mejores quesos. El sueño de ofrecer sabor, aromas y calidad, transmitiendo en los quesos el alma, la dedicación y la pasión lechera de cinco generaciones de tamberos.
Un hacer con sentido
Elaboran los quesos en la fábrica ubicada en el mismo campo donde se encuentra el tambo, esto permite que la leche que utilizan tenga el máximo control y seguimiento desde su producción, extracción y transporte para la posterior elaboración de los quesos.
La leche cruda es analizada diariamente para que los productos sean manufacturados sólo con la de la más alta calidad. Higiene, temperatura, y proporciones de las recetas en cada una de las etapas de elaboración, están definidos en un manual de procedimientos seguido y monitoreado por el equipo de trabajo.
El sistema de loteo que utilizan permite entregar los quesos con su trazabilidad. Cada partida de producto se identifica de manera individual y única, lo que permite rastrear su historia, desde la crianza y alimentación de las vacas, hasta el ingreso de la materia prima en la planta; los ingredientes en las recetas y el material de envase primario, hasta la entrega final del producto al cliente. El resultado? Productos naturales, cuidados y exclusivos elaborados con la pasión del artesano.
El gozo de sus piezas está en la alegría de productor orgulloso de lo que vende. El halloumi tiene su origen en Chipre, isla del Mediterráneo Oriental, donde desde hace siglos ha constituido el medio de alimentación básico para los pastores y campesinos, que lo cocían a la lumbre en las montañas. La propuesta de Juan Grande se caracteriza por su fresco y un suave aroma lácteo. El sabor es ligeramente salado, no presenta acidez y se caracteriza por la nota de sabor a leche. Es de color blanco, sin corteza y la textura es firme, lisa, con corte. Se consume freso  como ingrediente de ensaladas y desayunos. También  puede servirse frito o grillado a la plancha o a las brasas.
El Quartirolo es un queso tradicional cuyo nombre proviene de la alimentación de las vacas con  “erba quartirola”, la última hierba fresca que crecía antes del invierno, en los valles pre alpinos de Lombardía. Se consume con diferentes grados de maduración. A los pocos días de producido, se aprecia una fresca acidez y delicada fragancia, y conforme avanza la maduración del queso, su sabor se torna más intenso y aromático. Es de consistencia semiblanda, su pasta es sólida, compacta, y de corte limpio.
El queso Feta nace de la necesidad de los antiguos pastores griegos de preservar la leche de sus rodeos nómades. El proceso de maduración sumergido en salmuera por tiempo indefinido, es su característica más especial, y lo que le da a su vez, un sabor intenso, ligeramente ácido y salado. Es un queso semiduro, con una textura friable y quebradiza, que se destaca por su blancura y por la presencia de aberturas.
Es cream chease es fresco y aromático de textura cremosa y compacta. Se siente suave y aterciopelado en la boca, y es ideal para untar. Se utiliza en la elaboración de sushi, dips y canapés, así como también en pastelería y helados. Se puede incorporar en recetas de elaboración simple, como un ingrediente delicado que aporta sofisticación a la preparación. Por su composición está considerado un queso de alta humedad y no necesita maduración, sólo una estabilización en frío de 24 horas.
El criollo fue uno de los primeros quesos que se produjeron en Argentina. Por su simpleza, al hacerlo de forma natural, permite saborear las características típicas de la leche de origen. Es un queso de sabor y aroma lácteo bien definido, levemente salado. Es de textura firme, de masa es compacta y ligeramente amarillenta. No posee corteza.
El viaje por los campos de Lincoln, queso en mano, lleva por una tradición e historia que llena de recuerdos, firmeza de espíritu y dignidad de productor por hacer de sus antepasados, una leyenda.