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Los brebajes perfectos del creador

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

La inspiración del sitio, los tonos de la vida, el sonido de la locura que quiere ganarle a las texturas y los espacios. El viento de las ideas y los colores de las estaciones que llenan de variantes la paleta. Todo eso lleva Mila en sus venas.

Milagros es de esas personas que uno podría calificar de «loca linda». Pero, hay que salir de la superficie e ir más allá para darse cuenta que esa es apenas una fina cáscara que esconde un espíritu renacentista. De los que no se conforman con una iniciativa, sino que precisan de explotar creación.
Ella misma te cuenta que tiene 27 años, vive en Mercedes, es profesora de artes visuales. Se recibió el año pasado en 2021.
Mila, su proyecto de aros arte, comienza en el año 2020 en plena pandemia, en julio más precisamente, pero «ya venía craneandose desde más o menos enero». Siempre tuvo eso de querer sacar lo que tenía adentro en forma de arte, de moda, «siempre me gustó muchísimo la moda y los accesorios». Entre sus múltiples aficiones, estudió también un año de diseño de indumentaria en la escuela Argentina de Moda en Buenos Aires.
«El encierro me hacía querer emprender y es ahí donde decido que sean aros de diseño. Me costó encontrar el material con el que trabajo porque quería algo liviano, sobre lo que yo pueda diseñar, dibujar, elegir las formas, algo que fuera totalmente cómodo para la persona que lo usara. Si bien Mila no tiene género, lo puede usar cualquier persona, eso va a elección de cada uno, yo siempre me dirigí a un público de mujeres de entre 18/20 a la edad que quieran».
Su maestría empezó a tejer filigranas imaginativas de forma y de estampa. Los delirios majestuosos de la imaginación tomaron forma y estilo, se crearon estructuras que contuvieron las pinceladas y otras que fueron cuerpo. «Empecé a dibujarlos un poquito -me cuenta-, busqué ideas y sabía que no estaba muy explotado ese negocio así que lo vi como algo muy conveniente. Quería algo fuera de lo común, no quería emprender algo que ya existiera».
Encontrar el material fue como dar con la pareja perfecta. Su especialidad en escultura la vinculó rápidamente con la arcilla común, pero se quebraba, «necesitaba algo más fuerte, más liviano». Después quise intentar con porcelana fría, llegó la arcilla polimérica, un producto que no se produce en el país. Es costoso pero que vale la pena porque es exactamente lo que Milagros tenía en mente.
Desde que lanzó sus primeras obras, su «museo» de orfebrería tejido en Instagram fue furor. Hizo un camino fuerte de aprendizaje, donde las cosas no las conocía desde el comienzo, sino que las fue tejiendo poco a poco, encontrando y descartando casi en simultáneo, despejando la paja del trigo, desmalezando hasta llegar al tesoro.
Mila se puede personalizar, «vos me decís «yo quiero unos que sean circulares, rojos y que tengan un poquito de brillo» y lo hacemos». Hoy en día cuenta con más de 100 moldes, pero cuando arrancó apenas tenía 5. Su mamá fue el gran motor que la potenció y su abuelo se comprometió con su idea para llevarla a donde fuera necesario para dar vida a su arte. Más tarde vinieron contactos de México, Miami y un subsidio a la mujer emprendedora mercedina de parte de la Cámara de Diputados de la Plata.
Esencialmente hay fuego emprendedor y una llamarada de creatividad que hacen de Mila un proyecto original, único, personal y con proyección y, sobre todo, con cierta mística que cubre con sus propias mixturas la creación de cada pieza. Como para que te conquiste y te transforme en un lienzo donde expresar tus sensaciones.