Sofisticación y delicadeza

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

Hay sabores que levantan el ánimo y nos ponen sonrisas que emanan desde el sabor. En Del Fino Dulce se juega todas sus cartas a que la tentación sea con gozo, aún en estos tiempos de confinamiento.
Como las hadas de las historias, en Del Fino Dulce hay un despliegue para el que, parece, esconder detrás el mostrador, las varitas máginas que lanzan polvo de estrellas por doquier. El reducto físico es pequeño, pero no necesita más, y mucho menos ahora para seguir ejerciendo la magia encantadora de cajita de música.
Como una reversión de Hansel Y Gretel, las experiencias dulces son irresistibles. Hay magia de leyenda para  encontrar nuevos sabores para endulzar a la clientela. No sólo deslumbra por las enormes tortas, sino con las miniaturas inigualables.

Su estrella está signada por la definición de tienda de postres, porque los susodichos lo ameritan. No se trata ya de comprarlo en sitios donde se mezclan con otras especialidades, sino de concurrir a empalagoso lugar donde las varitas hacen su mezcla mágica.

Tortas grandes e individuales, minicakes, budines, petit fours (que llegan en bandeja surtida de dos tamaños), coockies y alfajores, una gama abrumadora de azúcar bien entendids para levantar el ánimo de cualquiera. Algunas preferencias? Budín de naranja y chocolate: un matrimonio bien avenido. Pettit fours de cheescake de Oreo para hacer un paseo por la infancia, o la alternativa de coco con dulce de leche que me deja mirando el cielo un rato. Si te va la delicadeza, no se puede creer la cucharita de chocolate con gota de dulce de leche y nuez.
Hay tanto más que probar: para cumpleaños o eventos, para las locuras novedosas que se te ocurran y, sobre todo, para explorar en esa magia que aún puebla algunos rincones dignos de ser hallados.