
En un lugar abrasado por el sol y los vientos de la cordillera con su imponente paisaje. Un lugar que es también un momento en la vida de quien lo visita. Un lugar donde el respeto por la tierra y las costumbres se hace presente desde la construcción, realizada con materiales naturales, rindiendo homenaje a las raíces de la cultura andina. Así, el espíritu de generaciones pasadas se une a las ilusiones de un futuro mejor, creando un presente en donde la única premisa es disfrutar del paisaje. De la gastronomía. De la naturaleza. Del arte. Esto es Killka. Un exabrupto de sabores que madiran perfectamente desde su natal Valle de Uco, Mendoza, de la mano de Bodegas Salentein. confluye armónicamente con la La arquitectura de Killka como continente de la colección tuvo como idea original la de crear un centro de primer nivel tan importante como la bodega misma. El pilar del proyecto fue acentuar la idea de un espacio cultural en el medio de la naturaleza, manteniendo un profundo respeto hacia ella, hacia el medio ambiente y hacia la comunidad mendocina en su conjunto. A nivel conceptual, Killka fue pensado como espacio cultural, para que el visitante pudiera vivenciar todo lo referido a la vitivinicultura y además disfrutar de la valiosa colección de arte argentino contemporáneo y holandés del siglo XIX y XX.
De esta manera, este lugar se convierte en un indiscutido espacio cultural, en donde vino y arte se unen en un ámbito arquitectónico único creado para tal fin.