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Vibrantes tintes de cuarentena

La unión de voluntades te puede ayudar a disfrutar en medio del árido confinamiento y comprender que, en la aridez, crecen cepas que te llevan al brindis.

En un lugar abrasado por el sol y los vientos de la cordillera con su imponente paisaje. Un lugar que es también un momento en la vida de quien lo visita. Un lugar donde el respeto por la tierra y las costumbres se hace presente desde la construcción, realizada con materiales naturales, rindiendo homenaje a las raíces de la cultura andina. Así, el espíritu de generaciones pasadas se une a las ilusiones de un futuro mejor, creando un presente en donde la única premisa es disfrutar del paisaje. De la gastronomía. De la naturaleza. Del arte. Esto es Killka. Un exabrupto de sabores que madiran perfectamente desde su natal Valle de Uco, Mendoza, de la mano de Bodegas Salentein. confluye armónicamente con la  La arquitectura de Killka como continente de la colección tuvo como idea original la de crear un centro de primer nivel tan importante como la bodega misma. El pilar del proyecto fue acentuar la idea de un espacio cultural en el medio de la naturaleza, manteniendo un profundo respeto hacia ella, hacia el medio ambiente y hacia la comunidad mendocina en su conjunto. A nivel conceptual, Killka fue pensado como espacio cultural, para que el visitante pudiera vivenciar todo lo referido a la vitivinicultura y además disfrutar de la valiosa colección de arte argentino contemporáneo y holandés del siglo XIX y XX.
De esta manera, este lugar se convierte en un indiscutido espacio cultural, en donde vino y arte se unen en un ámbito arquitectónico único creado para tal fin.

Esperando para hacer inmersión en esa experiencia, se puede comenzar por la copa bien regada de  Killka Corte de Tintas, de color rojo intenso, de taninos suaves y de prolongado final, posee aromas de frutas rojas tales como ciruelas maduras, frambuesas y moras, notas distintivas del Malbec. El Cabernet Sauvignon le otorga aromas de pimiento maduro y pimienta negra. Los aromas minerales, como grafito, provienen de la porción del Petit Verdot en este blend. La vainilla y el chocolate son aportados por la evolución en madera de roble durante 8 meses.
Su soto logo indica «el arte de disfrutar», una experiencia que convoca y se agradece.