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Yoga en el mundo laboral. Propuestas creativas a la crisis

Por Gabriela Binello autora de Yoga Personalizado (www.yogapersonalizado.com/).

Dólar. “Duermo menos de seis horas”. Lebacs. “Todo lo que como me cae mal”. Fondo de inversión.”Me cuesta conciliar el sueño”. Déficit. “Siento que no me entra bien el aire”. Tasas de interés. “Me levanto más cansado de lo que me acosté”. Devaluación. “No almorcé porque se me cerró el estómago”. Inflación. “No estoy pudiendo disfrutar de los afectos”. Recesión. “No llego, no llego, no llego…”. Refinanciación de la deuda. “Tengo la piel brotada nuevamente”. Riesgo. “Voy a tener que cancelar la cita” (y van). Default. “Traéme otro café, por favor”.

Tensión, ansiedad, angustia, fatiga, agotamiento. Sólo algunos indicadores del exceso de presión y actividad laboral en el que nos movemos; aún si decidiéramos aislarnos parcialmente de lo que se comunica en los medios masivos y redes sociales.
El stress -o la reacción fisiológica del organismo para afrontar situaciones que se perciben como amenazantes-, es parte de nuestra realidad cotidiana y laboral y se convierte en protagonista en las épocas de crisis.
Es justamente en esos momentos de presión extrema cuando nuestra creatividad se pone a prueba para implementar y gestionar nuevas respuestas y soluciones. Pero para que esa creatividad esté disponible, nuestro organismo necesita funcionar desde una base mínima de balance; precisamente aquello que el stress declarado se encarga de dinamitar…

Para el yoga, el “organismo-ser-humano” es una integración de cuerpo y mente, entendiendo a esta última como algo que excede ampliamente a las capacidades intelectuales. Cuando las funciones del cuerpo y la mente se ven llevadas a un extremo, ese “organismo” derrocha cantidades industriales de su energía vital (el combustible con el que funciona mientras esta vivo) y acumula resistencias que con el tiempo se van tornando verdaderos bloqueos. Esos bloqueos devienen en la repetición mecánica y esquemática de patrones para percibir, pensar (recordar, asociar, imaginar), procesar y asimilar la realidad. Por lo tanto, para proponer soluciones creativas.
Yoga puede entenderse como el arte para identificar y remover bloqueos de manera eficiente. La eficiencia está dada por la economía del «combustible” (la energía vital) que se utiliza en cada intervención. Entre las diversas herramientas, determinadas precisas y específicas técnicas de respiración son las responsables de conducir y regular los niveles de ese “combustible vital”. Precisas y específicas aluden a una aplicación rigurosa, ajustada, fiel, sensible a cada individuo y su contexto.
En la actualidad, se ha extendido bastante la información acerca del impacto beneficioso de la respiración consciente en nuestro sistema nervioso autónomo (estimulando el sistema parasimpático, etc.) y todas sus implicancias en la salud y nuestra calidad de vida. Sin embargo, poco aún se logra entender los efectos de la optimización de tales técnicas en la capacidad para crear e innovar. Sin necesidad de profundizar aquí los objetivos que fundaron el nacimiento de estas técnicas hace miles de años, consolidar prácticas simples y regulares de respiración no solamente tienen un impacto en las reservas de nuestra energía vital sino que nos entrena en el arte de la impecabilidad. Algo que se torna un verdadero tesoro, no solamente para sortear las crisis, sino a la hora de proyectar hacia adónde nos dirigimos.